Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


martes, 27 de diciembre de 2011

PROLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXVII


Es posible sospechar que la escritura de un prólogo errante demanda una sencilla tarea debido a que puede escribirse en él acerca de la relación que cualquier cosa podría mantener con cualquier otra. Sin estar totalmente de acuerdo con ello creo estar en condiciones de poder afirmar tal sentencia si la observación respecta y concierne a este conjunto de prólogos. Sin embargo, como he tratado ya de insinuar a través de fiel lenguaje mío, une y principalmente separa a cada uno de ellos una relación que resulta oculta al ojo del observador. La desconexión entre imágenes, encuentros y palabras deviene conexión al estilo de un enlace intrínseco, inmanente, desconocido y no mirable.
Las hojas en blanco en principio son habitadas por intuiciones sucias merodeadas por un enjambre de moscas que se posa molestamente sobre ellas. La borrosidad mental o psicológica que pretende trasladarse de un solo movimiento a la hoja en blanco huele a humedad. Las hojas en blanco se relacionan con el temor. Las hojas en blanco son todos los prólogos del mundo.
Este conjunto de prólogos errantes y éste prólogo en particular no ocultan el zumbido de moscas ni la humedad que envuelve a la textura ni el temor ni el escenario en el que se actúa la obra. Comienza a aparecer el alba de una intención de cierre.
Este prólogo intuye el estado de un deseo y el seguimiento administrativo de sus tiempos, de su cronología, de su existencia, de sus decires y de sus no decires. El deseo está hecho también de tiempo. Este prólogo ha mostrado que cree en la posibilidad de indicar algo así como un final. Seguir llenando hojas en blanco infinitas cuando lo errante adopta y sugiere nuevas formas y cuando el cuerpo trae la intuición de algos realmente desconocidos se constituye inservible y tiene la apariencia rancia del pecado en lo que respecta a la erraticidad de los prólogos.
Llega el momento, estimado Heráclito, en el que el escritor de prólogos errantes comienza a ser bañado por las aguas demasiado conocidas del mismo río que desconoció tiempo atrás.
Hasta aquí la atención prestada a la desconexión que hace a la vez de su opuesto.
No se si los textos cumplen alguna función en los interiores, pero si así fuera, los prólogos errantes han cumplido ya. Han hecho de una serie de algos que divisó por allá, por las alturas y por los abismos, una especie de esquema no poco arbitrario y no poco ajeno a causa de una extensa y espesa cercanía. Si la función de los prólogos errantes fue divisar algos y tomarles una fotografía a través de una cámara de fotos que registra palabras y cadáveres lingüísticos, debo confesar, ya en el extraño papel de autor, que el diccionario que me nutre se ha acrecentado al fin. Las búsquedas y las no búsquedas han llegado a un acuerdo transitorio. Ese acuerdo es este ocaso y este amanecer.


Leandro Trillo.
Viedma, Febrero de 2009 – Febrero de 2010.

viernes, 23 de diciembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXVI


I


El hecho es conciso
Como cualquier otro
Como cada uno de todos.

El hecho contiene lo irritante
Demanda una nueva intención
Una nueva posición en el cosmos.

El hecho es misterioso
Como un encuentro o como un no desencuentro
Libera algos.

El hecho es el diagramador
Gama de posibilidades perpetuas
Registradas en la fiscalía verdadera.

El hecho no admite arrepentimientos
Ni desde la superficie
Ni desde más arriba de ella.

El hecho posee no palabras
No pueden ser sustituidas
Así el hecho que reproduce la memoria es siempre el mismo.

El hecho a hecho a lo que se ha hecho.

El hecho ha sido justo e injusto
Valiente y no cobarde y no valiente y cobarde
Y ha dejado de ser reflejos telenovelescos.


II


El hecho me halla pensando en aquella
que me ha mecido como a un bebé
mientras soberbiamente creí en la grandeza.
Ese tamaño ha tenido mi fortuna.

Ahora,
que he vuelto a ser un niño
zambullido en esto
despalabrado,
tal vez sea conveniente crear con aquello
un recuerdo borroso y lejano
en donde habiten moscas y cosas sucias y húmedas
y no su gesto ni su miel abundante.

Como si un recuerdo adonde no se puede entrar
me protegiera de algunas ausencias.

El hecho no acepta preguntas.
El hecho es inevitablemente extrañarte.
Este desamparo es su reverso.

martes, 20 de diciembre de 2011

PROLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXV


Tu paz y tu caos
Percibir no exige esfuerzos

Algo más que egos
insostenidos e insostenibles
deberían unirnos

A ti
que te esfuerzas por dar a conocer
el relato de una desdicha pasajera

A mi
que me he convertido en un espejo
sensible a lo de afuera y a lo de adentro

El egoísmo no es virtud
en manos de egoístas incautos y distraídos
Lo convierten en no puente

Tu paz y tu caos
Están siendo
un producto
la apariencia de un personaje que se mal imita a sí mismo
el pronunciamiento de palabras vacías
la certeza de la imposibilidad

Quiero pedirte cosas por favor

Te encuentro y te veo en un encierro
En la prisión de la que solo los deseos pueden escapar
En la decisión de querer que te juzguen
lo cual no hará otra cosa que condenarte desde adentro
a la compañía de las moscas y de los estúpidos

Por ahora tu obligación es espesarte y esperar
Nuevas figuras serán pinturas libres
Tu retrato

Según un cuento has elegido un relato
Te priva del lugar en el mundo
que tratas de mostrar que crees buscar

Por favor deberías desconectar un instante

Te muestras incontenible
No sabemos en verdad quien eres ni que nombre llevas
Creemos que no lo quieres compartir
con nadie de esta tierra
Pero solo lo creemos

Duerme con tranquilidad
pues no queremos saber ya verdad alguna
y hemos decidido la ignorancia
ante desdichas ficticias

Las ficciones te han rodeado
Te han cocido
Te están incomunicando

Te has mirado a un espejo
y te ha devuelto una imagen
Su materia son trazos y palabras

Tu reflejo
Tu oración
El absurdo monolito

viernes, 16 de diciembre de 2011

PALABRISTAS INVITADOS: EL PERRO LOCO (PARTE II) Por José Alberto Antenao

EL PERRO LOCO (PARTE II)


Trataba de escapar.
¡Cómo quería huir esa noche! No podía.
Tampoco ayudar al viejo.
Desde el "pozo" se oían sus gritos.
Retumbaban en los pabellones.
Calaban en mis huesos, perforaban mi cabeza. Un grito también salió desde mi pecho, como un mar de lágrimas.
La tormenta había llegado, tarde. Un trueno se mezclaba con el dolor de Roberto. Hasta que solo se oyó la lluvia.
Los días siguientes no salí. Me quedé encerrado, aun más. Mi compañero ya no estaba. Murió en una riña de internos, dijeron. Al Perro tampoco se lo vio recorrer esos húmedos pabellones.
Hasta que otra vez estaba entre nosotros, los reos.
El sabía que lo odiaba y sabía que me iba a sobrar la muerte de Roberto.
El Turco me dejó entre mis ropas una cuchara. Tenía el cabo afilado. Parecía un cuchillo, era la especialidad de su grupo. Por una bolsa de tabaco conseguían lo que pidieras.
Lo guardé entre mi pantalón y me fui al comedor.
Me senté. No iba a comer. No podía comer. El Perro entró y se dirigió hacia mí. Su mano izquierda vendada, en la otra su garrote con el que iba golpeando la banqueta, hasta pararse detrás.
-Tu perrita gritaba como un cerdo, me dijo cerca de mis oídos. Los demás guardias a lo lejos dejaban hacer. También le temían.
-No le quedó un hueso sano, lo sacaron con la pala y la escoba para ponerlo en el cajón, seguía susurrando detrás de mí.
Mi mano se introdujo dentro de mi pantalón, para luego ensartarle en su estomago el arma que me había facilitado El Turco.
Los demás guardias no notaban nada, pues su grito se atragantó en su garganta. Mi mano salió para entrar en su cuerpo por segunda vez, tercera vez. Hasta que cayó. La sangre brotaba, un silbato retumbó en el comedor y una lluvia de bastonazos caía luego en mi cuerpo. El Perro agonizaba.
Desperté cuando se abrió la puerta del "pozo".
No había muerto como Roberto. Lo hubiera preferido.
El Perro ha pagado por sus muertes. Yo también estoy pagando por las mías, dentro de estos muros. Estos que verán como mi piel se arruga, como mis huesos se achican. Lleno de soledad.
Hubiera preferido la muerte. Esa libertad de Roberto.
Pero no.
Yo también tenía que pagar.


FIN

martes, 13 de diciembre de 2011

PALABRISTAS INVITADOS: EL PERRO LOCO (PARTE I) Por José Alberto Antenao

El ruido del silbateo hizo sobresaltar mi cuerpo cansado. Ese cuadrado parecía que se hacia mas chico, mas aplastante. El olor a humedad se mezclaba con la brisa que entraba por la pequeña hendija que hacia de respiradero. La luz tenue, como siempre.
Se asomó golpeando su bastón contra los hierros fríos. Esa risa mostraba el goce de haber experimentado el mayor de sus placeres. En el pueblo lo conocían como "Perro loco", por sus andanzas nocturnas.
Roberto me había contado que en una de esas terribles noches el viejo Tolomeo tuvo la desgracia de cruzarse en su camino.
Lo golpeó hasta apagarle la vida y terminar bañado en sangre. Aun así seguía golpeándolo y produciendo gritos perdidos, ensordecedores.
Nunca pagó.
Terminó en este antro, pero para poder tener mas libertad de saciar su hambre de violencia. Roberto los conocía.
El guardia, Perro loco para el pueblo que le temía, apoyó sus brazos sobre esas barras que me separaban de su cuerpo, tan mal oliente como soberbio. Podía ver su mano izquierda vendada. El me miraba como gozando mi rabia interna.
-Prepara la suite Peralta, vas a tener nueva señora, me dijo, para ir retirándose con una carcajada.
Mi bronca brotaba por mis poros. Mis puños chocaron contra la pared violentamente.
Todo había empezado aquella tarde. El calor apretaba, parecía quemar las paredes que surcaban nuestros caminos, nuestra libertad perdida.
Roberto, un hombre avejentado por el encierro, era una persona a la que le gustaba fumar mucho. Ojos redondos, claros y a la vez tristes. Cuerpo empequeñecido y con marcas del tiempo que ha vivido dentro de estas paredes. Nunca quiso decirme por qué llegó a este lugar.

-Encrucijadas de la vida hermano…

me decía, mientras prendía el tabaco.
Estábamos sentados cerca de la lavandería. Esa tarde su melancolía era enorme. Habíamos hecho amistad desde que él llegó aquí. Yo mucho mas joven, ya cumplía mi perpetua.
Su mirada se perdía sobre las nubes que parecían nacer detrás de esos enormes muros. Encendí el último cigarro que me quedaba y le pregunté
-¿Qué te pasa viejo? Te veo más tierno que de costumbre.
Tomó aire hasta llenar su pecho y me dijo:
-Me gustaría ser viento por un rato... y llegar hasta los labios de mi pequeña hija.
Sus ojos se pusieron como de vidrio.
-¿Sabés? Ya cumple sus quince años y no voy a poder estar, hermanito.
Se levantó y se fue.
Vi que en sus manos llevaba la foto que me mostró el primer día que llegó a esta mierda. Era su pequeña. Era princesa. Sonrisa calida y de larga cabellera que caía por su hombro izquierdo, de color castaño oscuro. Belleza angelical.
-¡Pobre viejo! dijo el Turco que había escuchado nuestra conversación.
-vos y yo, Coreano, nos merecemos estar acá.
Sacó un pucho y me convidó.
-¿Qué sabes Turco?
Yo lo miré con curiosidad sentándome cerca para oír con atención lo que tenía para desembuchar.
Exhaló el humo y tiró la colilla y empezó a contarme la historia de Roberto.
-El viejo, ya te dije, no merece estar acá. A la pequeña, un hijo de puta le rompió toda su niñez. Roberto solo no pudo contener tanto odio. Cuando llegó y vio lo que le hacia, se volvió loco y perdió todo sentido de realidad. Lo mató, Coreano. Pero antes lo hizo sufrir como perro. La niña termino internada por un largo tiempo sin poder volver a pronunciar una palabra, dicen que aun sigue sin hablar, el pobre viejo cayó en este infierno.
Toda esa escena se figuraba en mi cabeza. No podía imaginar al viejo haciendo todo lo que me contaba el Turco. Nosotros si nos merecíamos este lugar.
Una tormenta afloraba desde el este. Empezaba a oscurecer. Los muros ardían, parecían llamas quemando nuestras culpas.
Cuando entré al comedor, el mismo olor hediondo de siempre. Las luces sobre nuestras cabezas, las moscas sobre ellas, los guardias en sus lugares.
A mi costado estaba Roberto, con la misma melancolía que acarreaba desde temprano. Frente a nosotros la comida. La miraba, no iba a comer.
Perro loco había entrado a la galería. Su cara se desdibujaba cuando inhalaba ese polvo blanco, el cual yo conocía muy bien. Su rostro transpirado. Su pelo era acomodado por sus manos temblorosas. Su mirada buscaba una victima.
Roberto lo era esta vez. Su labio superior dejo ver sus dientes. Se dirigió hacia el viejo que aun sentado, parecía en otra parte.
-¿Sabes una cosa? Conocí una preciosura esta mañana, dijo sentándose sobre la banqueta al lado de Roberto.
-¡Tiernita!, aunque ya esta desflorada me dijeron. La muy putita me invitó a su cumple de quince, parece que le calientan los uniformados.
Sus labios dejaban escuchar un ruido que perforaba los oídos del viejo, una sonrisa que podía hacer vomitar a cualquiera.
Yo sabía lo que venía, me levanté y le dije:
-¡Déjalo en paz!
Me miró con esos ojos perdidos y exorbitados.
-Hay Peralta, Peralta… ¿Vos sos la señora o esta vieja andrajosa hace de tu perrita?, y otra vez esa burla que retumbaba en la galería y que los demás guardias no parecían escuchar.
Sacó su bastón. Con él me obligó a sentar. Volvió a su victima natural de esa noche. Sacó de su bolsillo un papel arrugado, y otra vez esa fastidiosa e irritable risa.
Roberto temblaba, sus labios estaban tensos. Sus dientes rechinaban.
-Mirá viejita, te presento a mi futura noviecita.
Levantó ese papel. Era la foto.
De los ojos de Roberto comenzaron a caer unas lágrimas y su rostro se transformaba por la impotencia.
-¿No es bonita?, preguntaba el Perro, mientras pasaba su lengua sobre la imagen de la niña. Roberto estalló.
Se abalanzó sobre el Perro a los gritos.
-¡Dame esa foto hijo de puta!
El guardia cayó sobre la mesa tirando los platos por el piso. Los demás guardias oyeron. Corrieron en ayuda. Tomaron de los brazos al viejo, este pudo saltarse y tomar un tenedor que se clavó en la mano del guardia.
-¡Nooooo, Roberto!, solo pude gritar.
-¡Estas muerto viejo! ¡Estas muerto!, gritaba el desquiciado.
A Roberto lo llevaron al "pozo" y a nosotros a nuestras celdas.

lunes, 5 de diciembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXIV


No haces sino dejar un registro en
este acto que nos encuentra aquí

Esto
al igual que todo es
otra versión de la historia de
aquél que no deliberadamente ha sido eyectado al mundo

Es la única verdad

Nada de lo que se debe hacer es cierto han
dicho

Nadie lo sabe

Ni los políticos
Ni los encargados

Tal vez los que esperan sepan
algo que jamás contaran

Tal vez los poetas y los artistas sin
duda los más listos de todos también
sepan algo aunque

Ellos están condenados a intentar y todos
somos artistas te
agrade o no agrade

Nadie lo sabe

Vamos, por favor
No me digan que me debo a
la rutina y el casamiento otro
es el destino que siempre nos ha esperado a

Uds, que creen en el destino a
Uds, que no

Saben que otra es la misión valientemente
la llaman posibilidad

De ella se apoderan
A ella obsequian sus logros y sus fracasos o
En tu lengua
A ella adoran cruce
inevitable de sol y noche hija
de Caos y Eros.
De otra manera no podría haber sido.

Poeta tú
que poetizas porque sabes
únicamente que debes esperar

Yo me ofrezco a cobijar tu
dolor angustia tu tu éxtasis conocimiento innato tu

Lo comprendo
Lo comparto

Ruina y columna de mí.

Ese es mi gesto.
El tuyo es tu poesía.

Los registros de la historia que conoces son
todas las formas posibles de decirlo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXIII


Ya se ha hecho para mi inevitable realizar una serie de consideraciones referidas a la estructura de estos prólogos errantes. Será azarosamente oportuno decir que cada una de estas obras, que en apariencia así se manifiestan, constituyen un prólogo dentro de otro prólogo, razón por la cual todas las obras de este cuaderno llevan por nombre el mismo título, o, si se prefiere variar la manera de acercarse a estos apuntes, se podría decir también que no hay obras en este libro, sino que todo lo contenido aquí es un solo prólogo, un solo cuento, un solo poema, un solo relato, la diagramación de una sola epopeya que pueda ser quizás habitada en un solo día o hasta en un solo instante.
Hasta el momento de mutar a esta idea, cada obra llevó un título y, de alguna manera, una marca que dividió a una de la otra como si se tratara de cosas dichas por personas que ningún aspecto de la existencia han compartido jamás. Así devino la escritura de este vomito hasta que me percaté de que las cosas que leía podrían tranquilamente pertenecer a mis recuerdos y a mi historia y ser de esa manera una cadena indiferenciada de relatos de lo que puede ocurrirle a una persona en un breve lapso de tiempo. Por ello mismo cada uno de los escritos que fueron aparentemente separados en un principio conformaron uno solo después. Como un disco de música. Como ocurre, inexorablemente, con todo lo que sucede a través de un día cualquiera.

martes, 29 de noviembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXII


Hoy
que el día ha teñido a todo de azul
y que el reloj de la luna y el sol ha dejado de funcionar
no he podido evitar pensarla.

Ello implicó enjuiciar decisiones
pues no nos abandonamos por causas cobardes ni injustas.

El añejo ocaso se torna negro de golpe
más allá de la conciencia
con la que las decisiones son elaboradas.

Su nombre y sus fantasmas me rodean.

Su cuerpo es motivo de canibalismo para mi
Nuestra mitología
cuna de nuestro todo
ha dejado de fabricar dioses
ha acallado el relato de recuerdos
ha hecho que el mundo cese

Ahora cada decisión implica menos que antes.

Desde que nos abrazamos por última vez
he estado viviendo en salas de espera.
Ya no cito al deseo tanto como antes.
Recordar ha logrado asustarme.

Si no recordara que nos hemos separado
y si hubiera olvidado nuestro tiempo inconmensurable
nos uniría quizás otra historia
tal vez más bondadosa
pues los viajes
nos habrían deparado otros puertos y no estos
que constituyen nuestro manicomio y nuestra alcaidía.

¿Cómo saber ahora otras cosas?

Prisionero de los recuerdos de lo que fue presente
Te escribo
Te saludo
No pudiendo dejar de recordarte
Ni de revisar escrituras anteriores
grabadas en las imágenes que conforman la mente.

Me poseen abrazos para darte
Se convierten en deseos
Me atormentan los abrazos que tengas para darme
Para mí mutan
de recuerdo a deseo a necesidad.

viernes, 18 de noviembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XXI


Allanamiento fallo libertad condicional recurso de amparo desalojo dictamen fiscalización penalidad calumnias injurias represión casuística artículos convenciones jerarquía declaraciones universales pactos internacionales protocolos civil delito genocidio eliminación de la discriminación tortura penas derechos del niño orden de conductas ética normas valor formalidad fuerza normativa la validez y la vigencia reglamentaciones resoluciones interpretación de la constitución el techo ideológico reforma de las leyes régimen político leyes injustas interpelar distribución de los recursos el control institucional burocracia principios normas plexo de valores supremacía la doctrina jurisdicción de facto inconstitucionalidad corrupción derechos humanos asilo político refugiados prisión domiciliaria expulsión inclusión personas jurídicas vigilancia y castigo soberanía subordinación competencia entidad organismo defensa representación juzgar legalidad razonabilidad libertad igualdad violaciones.

He allí los significantes con que es significada la democracia que no sabe cabalmente cómo quisiera ser pensada.

La enumeración es escueta.
No faltará quien le agregue
un juego de conceptos filosóficos
o un poco de deseabilidad.

Allí
en aquel entonces
los chamuyos se convertirán.
Serán espejos adonde poder mirarse.

lunes, 14 de noviembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XX


Hijo
Ya, no te voltees hacia esa rama
Ni comas de su alimento ni te abrigues con sus brazos

Perdón padre
Perdona mis pecados
Tú, que eres más que yo
Tú, que adivinas y reglamentas
mis goces y mis placeres
y conduces y explotas
mis penas y mis temores
perdona mis pecados.

Niño
Ya, ten cuidado con esos muchachos
No bebas de sus botellas ni les digas adonde vives

Perdón agente
Disculpe mis faltas
Ud., que no las comete
Ud., que castiga mi inocencia en lugar de oírla
olvidando que alguna vez jamás quiso hacerlo
y que sabe que el universo no solo le es ajeno
sino que también será su juez y su testigo
disculpe mis faltas.

Sr.
Ya, pague sus impuestos atrasados
de otro modo no estará cumpliendo con sus deberes

Perdón Presidente
Considere mis evasiones
Ud., que no las ejecuta ni exime
Ud., que no se defeca sobre mis sueños
ni sobre los de mi tribu
utilizándonos luego para limpiar sus sobras
Ud., que posee el deseo de hacernos una región mejor
Disculpe mis evasiones.

Perdón
poeta, artista, filósofo
que celebra y que salva
perdón
perdón.

sábado, 12 de noviembre de 2011

PROLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XIX


¿Dónde estabas?
Los teléfonos han dejado de funcionar

¿Dónde estabas?
La maniobra fue descubierta

¿Dónde estabas?
El aburrimiento fue angustia

¿Dónde estabas?
Pasar tiempo solo es extraño ya

¿Dónde estabas?
No encontré palabra capaz de definir

¿Dónde estabas?
Quemé los diccionarios de mi biblioteca
y me quedé sin lenguaje

¿Dónde estabas?
dios rescindió el contrato

¿Acaso no viniste porque fue feriado?

¿Dónde estás?
Aconsejame
he perdido la bondad en las intenciones
he experimentado una intensidad arrolladora
y estoy siendo vencido aún tras haber ganado

¿Dónde estás?
Sostenme
resurge totalitarismo intangible, como lenguaje

¿Dónde estás?
Guiame
es necesidad encontrarte
encontrar algo

¿Dónde estás?
Por favor oíme
necesito fabricar palabras
y que hagan eco en tu cabeza

¿Dónde estás?
Decímelo
Me dispongo a remitirte una carta inconclusa.

martes, 1 de noviembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XVIII


Es recurrente una sensación de no querer y no poder – lo que ambas voluntades producen conjuntamente - volver a escribir jamás. En ocasiones es una no densidad, sin embargo no liquidez. Una no pesadez, sin embargo una no liviandad. El ámbito de algo jocoso. Esa sensación que propone entender al prólogo, al acto, al hecho, a la obra, como un juego de combinaciones, una estrategia de ensamble de palabras, generalmente inútil, pues nunca, según recuerdo, he hallado correspondencias entre lo escrito, lo dicho, lo sentido y lo no escrito, lo no dicho y lo no sentido. Y tampoco, habiéndolo buscado largamente, he dado con aquel o aquella que haya presenciado ese tipo de encuentro. Se acrecientan constantemente las lejanías y todo, como una ilusión de circo, pareciera estar preescrito.
Es solo una óptica. Un no faro, una no novela, la no regularidad del sístole y del diástole. Latidos que laten solo a través de la sensibilidad. Así funcionan seguramente algunos cuerpos conocidos.
¿Qué es lo que dice de uno lo que uno no escribe? Misterioso, algo suelto que vaga por el espacio y que no para de latir. Una duda envuelta en misterios me frecuenta no pudiendo encontrar la razón por la que escribo. Sospecho que lo hago por una especie o tipo de diferencia. Me encuentro en un sitio en el que intuyo que solo soy capaz de sospechar. He perdido la capacidad de creer lo que afirmo. Tal vez sea el acto poético la forma más parecida a afirmar algo que insiste siempre, insistencia que halla el límite de su mutación en la forma de la sospecha. La experiencia es devastadora. Quien lleva por nombre Virginia sospecha que perdió las palabras necesarias para describir algunas sensaciones que experimenta. O sospecha que nunca las tuvo y que nadie las tendrá. Quizás escribir no sea una búsqueda y tampoco un intento. Quizás escribir sea una no búsqueda y un no intentar. En ningún caso las metáforas, y éstas en particular, se refieren a la misma cosa. Esa especie de semejanza es una ilusión, como así también lo son los dialectos que pretenden explicar la forma en la que ocurre el pensamiento. Allí, probablemente solo allí, en la conciencia de esa ilusión, encuentre quizás morada el latido, la pulsión de una escritura que deviene no escritura. Como un sueño no sueño. Como un no encuentro que se deja ver a través de lo que conocemos y nombramos como un encuentro. Como un hecho que ocurre en un lapso de no tiempo. Como una pulsión que estimula el acercamiento de palabras a no palabras.

viernes, 21 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XVII


¿Por qué observaste que vivo tan intensamente?
¿Por qué has hecho hincapié en ese acto?
Mero.
¿Acaso porque crees que me puede pasar desapercibido
el envejecimiento de una jornada
un marchitar cualquiera
o el de mi cuerpo, todo?

Tal vez entendiste de mí
que creo que hay cosas que no tienen demasiada importancia
porque son mínimas y porque,
parece,
se repiten en nuestro tiempo.
Y sin embargo confieso,
como si el lector fuera dios,
que las admiro como a ninguna otra cosa.

Sin buscarlas
Sin rozarlas
Soy tocado

Un montón de cosas y yo
llevamos la misma palabra por nombre
y juntos somos la intensidad de un mismo deseo.

¿Por qué observaste que vivo tan intensamente?
¿Cómo vivís?
Describe en una carta para mí tu relación con el mundo.

El saber, otra vez como una necesidad.

No creas que porque el mundo no se expresa en lenguaje
no tiene la capacidad de decir cosas.
Las dice de una manera tan fuerte
que las palabras,
atemorizadas
pero con escaso respeto,
tan solo intentan describirlas.
Por ello será
otra vez ese cuerpo
molesto
continuamente sanando
porque las palabras
casi siempre
le resultan no suficientes.
No precisas.

lunes, 17 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XVI


Prólogo de un libro errante de sociología:

Estas letras vacías
y este polvo en los dedos
Estos días innecesarios
Esas fantasías
Ese devenir
temeroso
Estos enlaces y estas alianzas
incapaces
de sombra continua
Esos sujetos
que me cuidan y me amamantan
Aquellos que me roban
un estéreo, cinco pesos y un día
Esa mancha que se expande
Ese calor de invierno
que se sitúa en el pensamiento
Ese aula
hecha de paredes enclenques
habitada por payasos y domadores
Ese shopping
palaciego
emerge en esa isla deshabitada
en ese desierto
Esos regalos
de humillante caridad estatal
Esa literatura
de opinión vaga
y esa adulación increíble
que nos dirige a otra República de Cromañón
Ese conductor y ese panelista
Este poeta y este no poeta
Ese deseo de Deleuze, el europeo
Esas citas de Borges
diagrama del delirio
La prudencia imposible
ante esa estupidez de ignorancia artificial
de conocidos protagonistas
que no acaban de morir
que no pueden dejar de agonizar para poder así renacer
Ese verso
virgen y anhelado
Esa obesidad en el decir
esa ceguera que aqueja a los oídos
y ese andar avejentado
de quienes aun muestran un pedazo de vida
o ruinas de lo que recuerdan haber olvidado
Esos sentidos estallados
como los de quien es abandonado
o como los de quien vivencia un reencuentro esperado
Ese cigarro dual
de humareda subrepticia
de músicas singulares
y de elixires
Ese podio
sin terceros ni cuartos ni quintos
Esa noticia
fláccida
que no resalta virtud ni logro alguno
Esas huellas
tapadas por arena
por un éxito indigno y fraudulento
y porque sí
Ese arte
más asfixiado, molesto y demandante que nunca
que dibuja dragones y dinosaurios
que representa frutos podridos
y que entona melodías compuestas por Ares y Enio
Esas armas y esos garrotes
vestidos por seres de profesión incalculable
solo imaginables para esa legalidad
inmunda y olorosa
que cada vez acrecienta más
su deuda con la historia
su vínculo con la infamia
y eso que llaman pecado
Esas chicas
esas preocupaciones
Esos espejos y esos reflejos
Esos hornos
Esos moldes
Esas fantasías
Nuevamente ese devenir
igualmente temeroso.

miércoles, 12 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XV


Si por casualidad despertara convertido en una sociedad
sería ella lo mismo que hubiera sido
si no hubiera despertado
o si en cambio hubiera sido una melodía o un fruto de mar.

Si por casualidad despertara convertido en un sueño
sería él lo mismo que hubiera sido
si no hubiera despertado
o si en cambio hubiera sido un perro o una proposición.

La ficción

Señalador de los sueños
De los dialectos
Del amor moral y de las telenovelas.

La ficción

Propiedad incandescente de las casualidades
De ésta estupidez y de ésta inteligencia
Del llanto improcedente
y de la administración de las ideas.

La ficción

Lo necesario y detestable
El lugar de las pasiones
y el de la vivencia de lo inútil.

viernes, 7 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XIV


La colección de prólogos, o notas, u obras, o hechos que conforman este libro fueron, como todo, una secuencia de una cadena de prólogos. Pensé entonces que las mencionadas notas aquí reunidas podrían llevar por título, otro prólogo acaso, Prólogos errantes.
Con motivo de explicar el porqué de esta reciente afición a la teoría de los prólogos mencionaré que he descubierto cierta virtud, cierta inclinación bella a la libertad en ellos. La intención siempre se dirige a prólogos y nunca a la presentación de una obra concluida. Esa es la imagen que, sin nadie haberlo querido ni esperado, se esboza y se presenta.
Prologo en tanto acto o momento previo al que se desarrolla una obra. Comentario o perpetua instantaneidad que nada podrá tener que ver con las escenas siguientes, salvo aquellas disposiciones atómicas que la percepción reconozca como casualidades, más allá de que éstas existan o no. Cada acto de un sujeto, como enamorarse, sufrir, la angustia, el triunfo y el fracaso, configurará prólogos en una cadena de situaciones y pasiones, acaso instantaneidades, continuas aunque azarosamente desconectadas entre si. Nos une la desconexión. De esta manera, cada imagen y cada ocasión constituyen un prologo, errante, de las siguientes. Estimo que es éste el motivo por el cual los prólogos son el espejo de la errática. Errantes los prólogos pretende significar que lo que hay plasmado en ellos no corresponde a una cadena causalmente consecutiva y armada de situaciones que se repetirán y se multiplicaran a lo largo de esta existencia, sino justamente a aquello que reconoce cierta desconexión en lo que ocurre entre muestras de tiempo, aparentemente ligadas. Desconexión librada por disposiciones azarosas.
Pareciera haber algunos indicios de ello, sin embargo creo que nos resulta innombrable ahora. Reconocemos respetuosamente algunos de ellos con nombres que trabajan aún desde este lado del problema: teoría del caos, principio de incertidumbre, entropía, disposiciones azarosas. La multiplicidad.
Estos prólogos se refugian en las formas de los prólogos. Como algo ajeno a lo que pasara a continuación, sea lo que sea.
Intuyo a los prólogos como la fascinación ante lo insondable, en donde predecir y recordar no está permitido.
Los rituales que convierten a los prólogos en primeros o segundos actos, suelen hacer que sus víctimas reproduzcan obras en donde lo desconectado se ata con cadenas. Poetas llaman a eso ficciones. Nada podrá sorprender de esa manera y todo será un eslabón, un esfuerzo por combatir la desconexión, por forzar la existencia del tiempo.
Hablamos del pecado, quizás, de existir sin prologar lo que se ve. Acaso de transcurrir como una obra concluida. Ello es mucho menos real que considerar las ventajas de los prólogos y de los azares. Es mucho menos real.

lunes, 3 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XII


Doy hablo y prometo ese amor
por la presión que cadenas disfrazadas de palabras
ejecutan
alegando corrección y formalidad.
Meras conjugaciones
a las que un lenguaje somete
a un conjunto de acciones que
porque sí
representan la figura del amor.
Del amor moral.
Del amor administrativo.
Del amor sumiso.
Conjugación y nombre
que hacen del amor
un libro de frases
un innecesario show televisivo
una colección infeliz de peluches
un deseo reprimido
un discurso obligado
un castigo realmente inmerecido
un desafío ajeno
la voluntad obesa
la celebración del fracaso
la mímica de la pasión
la sombra de la intensidad.

¿Acaso pensaste,
extraña,
que al leerme
ibas a confirmar lo que aprendiste en tu historia?
¿Acaso creíste
celosamente
que no te iba a decepcionar
de la misma manera en que los años y los versos
decepcionan al deseo?

Invito.
La crítica como una biopsia
que se ejecuta sobre lo aprendido.
Lo aprendido se transforma en dolor
si el refugio es una cárcel
con barrotes hechos de palabras.

Eso que llamas amor
no tiene pasión.
Tiene las convenciones de la crueldad
implantadas
en el cuerpo y en el habla.

Eso que llamas amor
no late.
Es un sillón en una habitación
en donde hay una cama
en la que a veces reposan
dos esclavos saturados
que cada noche fingen conocerse.

Eso que llamas amor,
hecho de un alba que ilumina
tenuemente
dos cuerpos desnudos,
no incluye la garantía de un recuerdo.

El goce es lo único que puede unirnos.
Aunque sea un instante.

¿Te asaltó alguna vez el interrogante del goce?
¿Has querido saber en qué tiempo habita?

Alguno de sus pedazos
puede que sea útil para refugiarnos
y tal vez a eso haya que llamar amor.
Sin mentirte.
Sin obligarme.
Sin mirarte.
Sin obligarte.

No me exijas.
Ni palabras ni paz.
Ni sed ni agua.

Envueltos en lo que nos envuelve

Así serás amada
hasta que lo mágico con lo que ocurren los instantes
llame a ambos al silencio.

Nos reparo con palabras.
Funcionan como dados.
Y cada jugada es el espanto
y cada pulsión un precio
y cada vez tu sombra.

Así
al modo de un cubilete nervioso
es como el universo invita.
Pero
la geometría de la coherencia.
Pero
la ética de lo que llaman amor.

viernes, 30 de septiembre de 2011

PROLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XI


Hace ya largos pedazos de tiempo,
pude percibirlos,
he decidido escribir.
Exigir producción alguna.

Hace ya largos pedazos de tiempo,
pude recorrerlos,
quise traducir algo a lenguaje
sin entrever finalmente ningún beneficio.

Hace ya largos pedazos de tiempo
cuyos sentidos me resultan todavía ocultos
me encuentro tratando de pensar en frases
que seguro estoy no son estas.

Sin embargo
son ellas lo único de lo que soy capaz.
Y a pesar de que más tarde las llamaré inspiración
sé que nada dicen de mi.

El anhelo de no ser un ladrillo en la ciudad
un voto en mi provincia
un pedazo en venta de cultura
el cuerpo de alguien que lleva un mensaje

La curiosidad por no poseer lenguaje.
La escritura de palabras condenadas.

Incluso el vómito.
Que huele y sabe a escritura.
Y que se arroja del cuerpo
para que todo adopte nuevas formas.

Ello no es quizás otra cosa
que el reverso de mis deseos.
La sombra de ausencias que me nutren.
Lo expresado por lo que no escribo cuando escribo.

Sentidos y deseares macabros y traidores.
Sentencias fetales
como situadas en el vientre de un caracol cualquiera.
Como eso que está inmerso en el tiempo.

La validez de estas enunciaciones
que dan nombre a lo que no lo tendrá
es hacer necesaria la perpetua interpretación del mundo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO X


Iba a leer
y la fuerza me hizo escribir

Iba a ladrar
y la fuerza me hizo escribir

Iba a angustiarme
y la fuerza me hizo escribir

Iba a escribir
y la fuerza me hizo leer ladrar y angustiarme

Oh extraña fuerza
¿Es que no te das cuenta?
Conviertes a la escritura
en maligna o misteriosa.

Cada intento y cada intención
son tu descripción mas serena.

viernes, 23 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO IX


La extrañeza en los sabores, la intensidad perteneciente al mundo de lo sensible en constante estado de explosión, la penumbra del día, el hallazgo de la incomodidad en lo que hasta hace segundos resultó insignificante. A ello tratan de describir las líneas que componen a algunos poemas.
La palabra poema no es una de aquellas que me cause recordable placer al escucharla o al pronunciarla. Similar tendencia al olvido ejerce la palabra moral, o especifique, o protocolo. Prefiero oír y pronunciar almendra, sinécdoque, Patricia.
Prefiero llamar al poema como palabra que me guste. Obra o hecho en todo caso, pues éstas parecen resaltar la vivencia poética del autor o la posible poesía de la vivencia. Otra faceta de su precio, acaso un lado siempre expuesto y jamás visto.
Leer, aunque fundamentalmente escribir poemas, sea quizás la prueba de revalidación de sensaciones curiosamente instituidas. Lo que llaman culpa devino no culpa luego de leer a Nietzsche, así como también algunas muertes han dejado de despertar llantos perplejos y no milagrosos a partir del esbozo de versos que con el tiempo no han sido papel amarillento sino carne, uña y noche.

lunes, 19 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO VIII


En algunas oportunidades
supo intuir el poeta
que detestó el tiempo en el que nació.
Frecuentemente se detuvo a pensar
que sería digno que se los presentase.
Pues de seguro ese encuentro
sería el arquitecto de la expresión de la soledad
habitada entre dos.
Sin comunicación.
Sin cuerpos.
Sin señales que den cuenta el uno del otro.
Dos profesores
a los cuales es igual llamar alumnos
con nada por saber
y con nada sabido.
Dos puntos.
De ninguna manera referencias.
Atravesados por nada
pero unidos.

Si los presentaran
todo les sería dado.
Todo les sería oportuno
y digno de ser creado.

Este boceto.
Cree desear describir aquello
de lo que no puede separarse.
Eso es el discurso.
La pretensión de hacer agonizar
a lo que está agonizando desde que nació
y a lo que agonizará
hasta que la facultad de enunciar desaparezca.
Lo digo presente, como el poeta
descocido, en estado de putrefacción.
Lo digo crucificado.
Sin sangre ni rencor.
Lo creo.
Lo digo casi muerto.
Sin esperanza de resurrección.

Muero en el estado del que quieres sacarme
y que te resulta imposible.
Pues para ello
odio deberá ser amor.
Deberé olvidar
aquello que me ha tomado
de una vez y para siempre.
Ese amor convencional.
Cicuta que debe resistirse
a quemar los órganos.
Cicuta con forma de conocimiento
que para ser tal debe quemar el alma
la fe y la expectativa.

La experiencia de la vida no es una labor administrativa.
Sin embargo declino ante esta labor
que no implica ni contrato ni obligación alguna
y que rasga mis vísceras
a través del uso irrelevante
y por eso filoso de las palabras.

Por ello,
junto al poeta ajado,
puntos atravesados y hechos por la nada,
resolvemos:
Olvidar que alguna vez intuimos
que ambos podríamos sostener el peso de nada.
Abandonar identificaciones
Abandonar ese peso insostenible
Resignar el uso de la piel sin lados
que deja que todo ingrese
como si fuera un receptáculo vacío o un pozo ciego
pues ese pozo
adonde todo caía
y que hoy cierra su boca
no puede devolver ya más que la mierda
que tanto ha caído en él.
No obstante ello,
y mientras la derrota se acepta
albergo una espera.
Sin musas.
Sin ojos ni manos.
Sin capacidad de afecto.
Sin espejos adonde ver reflejo alguno.
Espera.
Anhela que aquello inmortal
resucite de su muerte transitoria.
Pues sabemos con el poeta que
aquello que nos obligó a cometer
el asesinato de nuestro deseo
es apenas una versión de la historia
por la cual hoy nos sentimos vencidos.

Ambos sabemos que en este momento
en el que las vísceras se están pudriendo de asco
en el que los olores indeseables afloran por la cabeza
en el que las palabras no significan a nada
en el que los sonidos de un instrumento
expresan descargas nerviosas,
en este momento
hay un vencido que habitará el dominio efímero del tiempo.
Y hay, lector,
lo escribo con las ruinas de un deseo
y con la vivencia de un velorio,
un vencedor inmortal.
Atravesando tres días de muerte.
Seis millones de hombres aniquilados.
Treinta mil desaparecidos.
Tramas e historias incomprensibles.
La sapiencia de una parole innecesaria.

Espera.
Avocado a ella
transcurrirán los días necesarios
en los que nada podrá sucederme.
Como a los habitantes del tiempo que el poeta odió.

viernes, 16 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO VII


Existen palabras que son nombradas
con excesiva ambición
entendidas de una manera
que le arrebata rudeza
a la intensidad con la que se fabrica un momento,
al instante con el que se pacta un recuerdo.

Anhelo encontrarme
con quien comparto
no mucho más que aquello
que ambos deseamos amar
y con quien,
además de eso,
nada nos une.
Casi todo nos separa.
Por ello me es dado el conocimiento del instante.

Desconozco
cuál es la disciplina científica que lo asombra
cuál el género cinematográfico que prefiere.

Aquello que nos une en el instante,
melodías diré,
ocurre hasta que
por burocracias y reproducciones
debe producirse una separación
entre secuencias de antemano inconexas.

Intuyo que algún día será definitiva
al igual que definitivamente
alguna vez
se aleja el afecto
de los objetos viejos
de los recuerdos
de la carne y de la moralidad.

lunes, 12 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO V


Aquel,
que vive en el norte y en el sur
y que a la vez es todos y cada uno de nosotros

Aquel
que no duerme de noche
y al que Maldoror arrebató sus culpas y sus proyecciones

Aquel
que fue música filosofía y ciencia
mientras sirvió las mesas de una pizzería

Aquel
que soñó y deseo ser un chico a la edad de cuatro años
y al que el sinsentido ya no desvela

A ese, a aquel
le es dado cumplir la condena de Sisifo
a causa del valor de pequeños pecadores

A ese, a aquel
del que es más sencillo obtener un disgusto
que un gesto amistoso

A ese, a aquel
al que la mirada del otro le es esquiva
y al que los sonidos ya no conmueven

Aquel es,
ya sin duda,
quien más quisiera que me abrace.

viernes, 9 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO IV


Al ver a aquella hembra,
desprovista de ropajes
de alabanzas y de nominaciones,
me pareció no percibirla
en el estado de constante mortuosidad de la carne.

Tampoco en la realidad únicamente
bulliciosa de una avenida o de una oficina
sino en la desesperación de un recuerdo
súbitamente liberado.

Sin embargo se que su existencia es falsa.
Le es casi imposible a ese recuerdo
intervenir en el presente.

Inexistente por inhabitable.
Y por poco que pueda intervenir
la recordación sobre el presente
y por más falsa que sea su capacidad
su verdad y su vigencia
despierta en el recordante
sed letal.

La de lo que podría haber sido.
La sed letal que causa conocer
la multiplicidad como concepto
sin poder jamás acceder a ella.

La sed que a todos
hasta los fines y hasta los comienzos
vence singulariza y justifica.

lunes, 5 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO III


La belleza que hechiza
La imago de la que el resto son reflejos.
Sería una contribución a un momento feliz
poder ensayar alguna virtud en tu presencia
para lograr quizás lo que llaman buena impresión.

Quisiera que estés presente cuando escribo una línea
Quisiera que obtengas un temor mío
y que sepas que sus componentes
constan de materia que no conocerás.
Tal vez así nos entendamos.

Que estés presente cuando aflora un pensamiento
Cuando se recuerdan versos prematuros.
Quisiera que leas a aquellos que yo he leído y sido
y que te desconozcas en esas obras
pues no puedo menos que desearte y verte
a través de ellas
fundamento de mis sentidos.

A través del reverso de la vida cotidiana
A través de una melodía.
Así, divinidad terrenal que me encandilas,
se combate la lejanía.

viernes, 2 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO II


Monedas de tres lados
y barriletes desamarrados
y el sabor de una fruta desconocida
es lo que se te está acercando.

Tu cuerpo y el mío
están siendo rozados
por viviendas incoloras
ese invento de color verde ajado de reptil,
por carteles y nombres de desconocidos
que se presentan como amigos.
Una moral incapaz de justificar ese vínculo
y capaz de obligarte a él.

Se acerca el transito por las rutas
que no podrán trasladarnos a lugares diferentes
pues se acabo la lejanía.
Viedma
al igual que Bahía Blanca o Nepal
es un lugar en donde gente muere y gente no muere
en donde las mitologías se escriben con las mismas tintas
y sobre las mismas hojas de siempre.
Sobre todo las urbanas y las morales.
En esos dos sistemas de fantasías
merecedores de un juicio fallado por los pueblos
se degrada y se humilla
así como también se crean diversos y maravillosos medios
para nombrar la rivalidad, lo inentendible, la felicidad.

El hervor de una olla cargada de petróleo
La ilusión de despliegue infinito
que finaliza con la producción de cada uno de tus recuerdos
La locura encallada en mi puerto
Colirio con acido para tus ojos
Los personajes temerosos
que no despiertan otra cosa que la indiferencia
y que retienen tus ojos y tu mirada
y tu deseo de hacer mas o menos
Los eternos rencores que nutren
las pasiones y el miedo al aburrimiento
La macabra fortuna privada de origen

Eso nos espera.
Eso te esperó.
Eso es en lo que te encuentras ahora.
Ese es tu mundo.

Así estará escrita tu historia.
Porque no podrás salirte de ella tan fácilmente
como el tiempo se lo permitió a Nietzche.

lunes, 29 de agosto de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES (Por quien fuera Leandro Trillo en 2009 y 2010)

PRÓLOGO I


Los prólogos, que también se nombran hechos, con los que se encontrará el lector a continuación fueron escritos mientras transcurrió un tiempo cuya más extraña característica hizo que este escritor dejara de ser niño a cambio de que le sea dado percibir la brutal inmersión en la intolerancia y aquello que no deja de intuir como la rendición del deseo de ciertos hombres. A base de tamaña percepción están hechas las huellas trazadas en las líneas siguientes.
Por otra parte, oportuno será hacer mención a que la palabra algo es acaso la palabra menos situable que existe en los códigos de las lenguas, pues ella contempla a todos los puntos a los que la realidad atraviesa. Algo puede ser cualquiera de las cosas de todo. Sin embargo, sospecho que todas las palabras son en verdad algo. Más allá de ese malentendido, me dedico desde el entonces anteriormente referido a nombrarlos. Puedo contar que tengo en mi haber cadáveres del mundo de las sensaciones, de aquello que solo se intuye.
Las obras que se registran a continuación son reflejos de ello.
Por último en relación a este tema: sepa, lector. Hay algos que no pueden ser traducidos a lenguaje alguno. Estar preparados nos convertirá en precavidos.
Deseo lograr la práctica de la escritura que no permanezca en ningún lado. Anhelo la escritura que se convierte en mensajes y en fuego y que no dura y que se encuentra escrita sobre nada. Deseo esa escritura porque me obligará a hacerme cargo de la realidad y no de la cultura. De otra forma, la intención no habrá valido la pena y los esfuerzos se habrán quedado en la superficie, similar a como queda un deseo cuando es sobornado por su propio dueño.
Creo haber logrado aprender las desventajas de emplear a la intención como pretexto, así como también creo que la intención siempre debe obtener la victoria. Pues su fracaso suele ser usado después como fundamento teleológico por los temerosos, únicos responsables del colapso de su propio mundo moral, con el ilusorio fin de escudarse de infinitas e inimaginables posibilidades de existencia.
Por último, cada una de las obras siguientes es un prólogo dentro de un prólogo. Confíe en sus apreciaciones.

lunes, 8 de agosto de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET ENTERÁNDOSE DE CRONISTAS Y DE CRONOLOGÍAS


Poco antes de morir, y en ocasión de encontrarse en un auditorio en donde se pronunciaba una ponencia destinada a la capacitación de los cronistas, Rodríguez Ricochet, que practicó con destreza esa profesión, observó al cronista relatar la historia de un cronista que, cuando joven, investigó la historia de un cronista que en los años noventa se casó con una cronista, hija de un reconocido cronista. Éste, que en la Universidad del cronista conoció a un excelso cronista, allí por los años ochenta, decidió hacerse cronista a causa de que el abuelo del cronista excelso resultó ser el cronista que cubrió el Mayo francés del sesenta y ocho, cronología que impactó soberbiamente sobre el cronista.
Cada una de las genealogías finaliza en la descendencia directa de Cronos. La cronología relatada, detalle más, detalle menos, es la de cualquier persona.


Fin.

viernes, 5 de agosto de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

GENEALOGÍA DE UNA UVA Y DE RODRIGUEZ RICOCHET


La uva creció sana. La parra estaba en el patio de Rodríguez Ricochet. Se levantaba temprano. Pocas veces le faltó agua. Jugaba. Giraba. Se tostaba al sol. Comía de racimos vecinos. Misteriosamente, a esa, de color verdoso con vetas violáceas, no la arrancó nunca. Aunque eso no garantiza nada. Raíz, raíces, ¿Qué garantizan las raíces? Se bañaba a diario. Pero cuándo se deprimía no lo hacía así, sino que se duchaba Lunes Miércoles y Viernes. Transpiraba mucho. A la uva la bañaba siempre la lluvia. Si no, se vinculaba con el agua desde abajo, desde la raíz. Se había acostumbrado a ello, así como Rodríguez Ricochet se había acostumbrado a trabajar en aquello que no le gustaba. Al principio fue doloroso. Después se olvidó, como si lo doloroso hubiera pasado al estado de la normalidad. Como si la frecuencia de lo cotidiano estuviera facilitando el olvido. Desapareció sin dejar de estar. La misma forma que adquiere la música cuando en lugar de protagonizar, participa.
Los observadores habían advertido procesos similares en sus respectivos crecimientos. Habían cambiado varias veces de tamaño y de color. Verde, una especie de rosado, puro, verde más oscuro, más contundente, un anaranjado un poco más machacado, violáceo, naranja, algunas pecas y lunares, violeta veteado, un blancor amarillento, ajado, uñas y pelos en los extremos. Habían estado verdes en una ocasión a causa del invierno y de una patada al hígado. También recibieron caricias en más de una oportunidad.
Rodríguez Ricochet encontró la muerte bajo un auto. La halló instantáneamente cuando había atravesado ya ochenta y nueve inviernos sin estrenar. El conductor o la conductora se dieron a la fuga. Al otro personaje, la uva, a los dos días de haberse desprendido de la parra, y sufriendo un duro golpe contra el suelo, la pisó la rueda frontal de un triciclo conducido por un nene de tres años incauto y excitado hasta el extremo, haciéndola estallar por sus costados salvajemente. Se haya percatado el niño o no de lo que había hecho, continuó con sus actividades lúdicas como si nada hubiera pasado. Ni uno ni otro han sido debidamente juzgados por sus actos ni por el daño que han causado a un vínculo. No hubo Estado ni poder que se interese por ello.
Igual, ya no se veían desde hacía mucho. Ni importa por qué.

miércoles, 3 de agosto de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RODRÍGUEZ RICOCHET TOMANDO FOTOGRAFÍAS DE RODRIGUEZ RICOCHET


Salió al balcón a ver cómo está vestida la noche y volvió a escribirlo. Así construyó una foto de la noche del sábado de Mayo. No se sentó y tampoco se quedó demasiado tiempo afuera. No hacía demasiado frío. Esa es la descripción exacta. Tampoco estaba nublado pese a que pronosticadores lo insinuaron – parece que ellos, al igual que los sociólogos, no pueden afirmar -. No hay demasiadas estrellas. El dibujo carece de colores distintos al negro y al blanco brilloso. Rodríguez Ricochet se esforzaba por pintar el cielo de púrpura y las estrellas con tono musgoso. Pero no lo pudo imaginar con nitidez. Tomó un poco de soda fresca. La zona desde donde miraba no es céntrica. Luces y carteles, no hay. No miraba desde una planta baja y tampoco desde un segundo piso. No extrañó a todos. Tenía menos frío que otras veces. Como sin proceder de ninguna parte empezó a sonar algo que no es blues y que tampoco es heavy metal. Ni música clásica ni merengue ni celta. Se parece menos a un twist que a un bolero. Ya no se ocupaba de describir el afuera. Con un par de colores basta. Para casi todo. Hasta hace un rato estuvo en no soledad, construyendo intimidad. No sabía que la intimidad se puede construir. Y tampoco quería saber que todo se puede construir. Pero para poder construir intimidad conviene saberlo. ¡Es cosa tuya, latido! Parece más voluntad que esencia. Lo que sucede es menos amigo de las ilusiones más invisibles de todas que del azar. Éste no le agradece nada a nadie. Lo que sucede es su tierra, su orín, su semen, su no semen, sus grandilocuencias, lo que vivencia huele a sus sangres a sus transpiraciones a sus heces y luce como sus uñas sucias, sus melenas desprolijas y su ética que se aleja de los discursos arraigados al carnaval, donde las caretas se convierten en cuerpo y en verdad.

lunes, 1 de agosto de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RESPONDIENDO UNA CARTA


Ni bien recibió la carta, Rodríguez Ricochet corroboró la facultad de Juan de usar palabras que permiten que en la imaginación se formen dibujos que no se ven con frecuencia. Como si apareciera lo nuevo sobre lo viejo y todo adoptara nuevas formas.
Rodríguez Ricochet le responde a Juan. También por carta.

En la oficina,

Quizás los archiveros
los mapas
los armarios
las cajas llenas de expedientes
los teléfonos y los ceniceros
laten

Mañana
traeré un estetoscopio
y oiré los latidos de la abrochadora

Pasado
intentaré oír los latidos
de los muchachos de administración
Sospecho que no están aun del todo muertos

Tras pasado
llevaré un currículo vitalium
adonde largas piernas pueblen los pasillos
adonde bocas cereza pronuncien mi nombre
besen mis cachetes y

Así
No largas piernas devendrán largas piernas
No pasillos devendrán pasillos con piernas largas
No oficina será oficina
U otro lugar
Cualquiera

¿Quién es la oficina?
Tengo jaqueca
Estoy en la oficina
Pero es la no oficina
Escribo poesía
Me llaman por el interno
Ahora es la oficina
Pero ahora no
Me cegan esas piernas
- ¿Me oís?, me pregunta el del interno
Ahora es la oficina
- Te oigo
En la oficina
Pero a la vez releo poesía
Y mezclo palabras
Y ahora es la no oficina

¿Quien es la oficina?
¿Quien nombra a quien?

Soy yo
quien nombra a la oficina

Es a mí
carne de ojos colorados
a quien la oficina está nombrando

Las piernas largas
La boca cereza
Tetas

Hasta hace unos días
Tenían forma no sensual
(no piernas largas, no boca cereza, no tetas)
que se rasca sus hoyuelos
y ya sabemos que
cuando alguien se rasca sus hoyuelos
se está esperando que otro sujeto trabaje por dos

Hoy
en la no oficina
jamás había visto a alguien
rascarse sus hoyuelos
de una manera tan deseable como ésta.

De repente
los archiveros
los mapas
los armarios
las cajas llenas de expedientes
los teléfonos y los ceniceros
laten.

Mi espalda está contra un escritorio.
La otra, desnuda.
Su boca cereza
pronuncia mi nombre
y la mía,
ahora cereza,
hace lo mismo

Los fantasmas que dan forma a la oficina
cantan más y se indignan menos.

viernes, 29 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

ESCENA DONDE SE VE A RODRIGUEZ RICOCHET RUMIANDO


Rodríguez Ricochet se preguntaba por qué no iba bien la relación iniciada con una persona a la que quiere.
Antes de preguntarse leía Metapedagogía. Preso de orgullo decidía no salir en su búsqueda en ese Mayo. Y se preguntaba y se preguntaba. El autor es Gregorio Germán. La otra persona le gusta, aunque el plus corporal, aquel sector del espíritu ajeno que nutre al propio, increíblemente no le brindaba afecto. Editorial Comunicarte. En el libro halló la frase siguiente:

“Lo que nos interesa es qué afirmamos, cuando negamos”.

Antes de que la historia húbose quebrado y antes de que el abandono húbose sobrepuesto ante la posibilidad de pintar la experiencia con colores nuevos, una tarde se preguntaba a sí mismo Rodríguez Ricochet, y entre medio de la demora de ese dialogo halló que era probable que sucediera lo tierno primero y lo inmundo luego, más tarde. Pues como si fuera fácil querer a los otros.
Así exclamó en el baño de su casa, mientras recorría ésta como explorando. Dijo otra cosa, miró un cartel, rascó una de sus axilas, hizo silencio y exclamo:
-Como si fuera fácil querer a los otros.
Decidió ahí mismo faltar a la cena semanal y se acostó a dormir la siesta sin poner el despertador.

miércoles, 27 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

ESPERANDO EL COLECTIVO


Llevaba Rodríguez Ricochet un maletín negro. Iba a la casa que alquila. Pensaba que algo iba a encontrar para comer ahí. Probablemente papas hervidas del mediodía y una lata de arvejas, o una combinación parecida. Sabía, eso sí, que encontraría soda fresca cuando llegara a casa. Volvía del trabajo. Se encontraría con un programa en la televisión que esperaba con ansiedad. Se paró a esperar el colectivo que más tarde arribó al barrio donde estaban las papas hervidas, la lata de arvejas o algo así y la soda fresca. En la cola vio a los que tenía delante señalar a uno que pasaba en bicicleta por la vereda de enfrente.
- Aquel es un idiota.
Señalaron a otro que iba cruzando la calle.
- Aquel es cornudo.
Uno se agarró la cabeza y dijo:
- ¿Ese?, ¡Ese es un estúpido de la primera hora!
Después miraron a una mujer que pasaba comiendo girasoles y escupiendo las cáscaras a la calle y sentenciaron:
- A la putita esa le gusta más coger que los triples de miga.
El interlocutor agregó:
- ¿La idiota esa? No trabajó en su vida. La mantiene el cornudo del marido.
El otro le respondió:
- El tonto ese lo único que tiene es un pito enorme. Según dicen.
De repente cada uno de los enumerados se hizo en la cola para esperar el colectivo. Justo detrás de Rodríguez Ricochet. Los autores del diálogo miraron a cada uno de los enumerados y cada uno de los enumerados miró a los autores del diálogo. Y se dijeron:
- Hola idiota, ¿cómo te va?
- Hola, bien, todo bien.
- ¡He, cornudo! Venga un abrazo.
- Si, ¡venga!
- Bobo, ¿qué hacés?
- ¿Cómo andan?
- Hola putita hermosa.
- Hola.
- Buen día idiota. ¿Qué tal el cornudo de tu marido?
- Bien. Ahí anda.
- Tonto pito grande, ¿tomamos una cerveza hoy?
- Hoy no puedo. ¿Mañana?
Eso fue todo lo que intercambiaron. Todos subieron al mismo colectivo. A Rodríguez Ricochet le salió espontáneamente no indignarse ni hacer ni pensar nada con respecto a nada. Ansiaba las papas hervidas, la lata de arvejas o algo así y el programa en la televisión. Y más que nada la soda fresca que encontró en el sifón cuando llegó a casa.

lunes, 25 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET PRODUCIENDO EN MAYO


Tomaba, Rodríguez Ricochet, café a la sombra del toldo de un bar. Hablaba con Juan. Su interlocutor lo oía atentamente. Rodríguez Ricochet dijo:
- Por ende, a los tipos que tú llamas inteligentes yo los llamo estúpidos.
Así dijo. Ahí nomás, como no habiendo marcado un corte, continuó.
- Efectivamente, esa ha sido la producción de Mayo. Curiosamente, pero sin decir en consonancia con ello, lo describiré brevemente. Mayo ha sido un mes en el que nada ha sido tolerado, cada estímulo rechazado, deseos de anteojos negros ante los colores rojos, actuaciones de jerarquías nefastas e insoportables ya, ni gentes, ni extraños ni no extraños, solo. Solo eso que queda. Una ciudad, un barrio, una clase social, una manzana, una calle, un número en el planeta, todo ello habitado por solo eso que queda. Así fue mayo. Aun no anhelo mejor suerte para Junio.
Juan no agregó palabras al discurso de Rodríguez Ricochet.
Afuera, incluso hasta adentro mismo, hace más frío que lo soportable.

viernes, 22 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET EXPLORANDO LA CHAQUETA


La bisectriz de Mayo se imponía en el sello. Rodríguez Ricochet estaba en tetas. No había nada para hacer, nadie para ver, ninguna obligación. La agenda del día estaba terminada. El ocio se instaló como clima, como escenografía. A pesar del invierno, la casa, chica, muy chiquita, estaba caliente. Encendió un cigarro. Una seca y a descansar en el cenicero. Al rato otra. Puso por primera vez un disco de David Bowie que le habían regalado con motivo de su aniversario veintisiete. Scary monsters. Los primeros temas no le gustaron pero lo dejó. A la mitad del número catorce lo sacó y puso uno de Chick Corea. Después puso uno de la banda de un amigo hasta que terminó. Mandó un mensaje informando que estaba en tetas e invitando al receptor del mensaje a que se acerque a la casa chica, muy chiquita, que estaba caliente. En pocas horas debería levantarse para ir al estudio, igual que ayer, pero no tenía ganas de dormir. Se sentía bien con sus tetas al aire. No había nada que ocultar. En casa no. Con vestimenta o sin vestimenta, da igual. Con ebriedad o con no ebriedad, da igual. Silencio o no silencio, da igual. Podía hablar con los fantasmas que las tetas al aire y las tetas al no aire y el sueño y el no sueño y David Bowie y no David Bowie y la borrachera y la no borrachera inventaban. Habló en soledad. Esperó. Ante el espejo inclinado miró cómo lucían sus tetas al aire. Le gustaron. Nunca lo había hecho. Las miró y las miró. Las tocó. Las acarició. Nadie llegó. Comió con las manos un pedazo de carne fría que estaba sobre un plato adentro de la heladera vacía y mientras lo hacía se pasó varias veces las manos por el pelo. Después sacó una botella de plástico de la heladera llena de agua helada. La destapó y tomó largamente del pico. Se chorreó las tetas al aire con el agua helada y prendió cigarro que dejó descansando en el cenicero después de dos pitadas. Se dejó puesta la ropa interior, sucia y repleta de olores a genitales y se acostó a dormir en el living, sobre un colchón que huele a pata. Un par de horas después sonó el despertador del celular. Se bañó, se calzó la ropa interior que se había sacado antes de bañarse, se puso su traje de profesional, recordó un par de artículos que seguro iba a tener que repetir para ganar dineros y se dirigió en estado de llegada tarde hacia el estudio. Ese día deseaba fingir solo hasta la llegada de la noche. En el camino, estacionó la camioneta en una vereda cualquiera, se metió las manos por debajo del traje profesional llegando hasta las tetas. Cerró los ojos y las frotó bruscamente con las dos manos. Se mordió los labios fuerte tres veces. Cuando le vino en gana terminar lo que empezó, acomodó la cuestión, se abrochó el cinturón de seguridad y aceleró.

miércoles, 20 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

LA ASQUEROSIDAD DEL CAMBIO EN RODRIGUEZ RICOCHET


Sana heridas echándoles sal, a sus dibujos los hace solo con colores negro, púrpura y verde musgoso, militar. Arma mal los cigarros que se fuma, desperdiciando; se enamora de quienes le brindan rechazo, busca trabajos que no le gustan, y para contrarrestarlo, busca actividades de ocio que le satisfacen menos aun. Seca yerba usada, y con frecuencia vomita lo que tiene adentro y se lo come después. Culmina la degustación con un trago largo de soda fresca. Al agua de la bañadera en la que se asea le echa jugo de limón, arena y vinagre y a las tostadas del desayuno les unta papel higiénico usado que recoge del cesto de la basura del baño. Antes se ponía alcohol en las heridas, y no se nutria de su propio vomito. Pero estaba cambiando. Y no toleraba que nadie le dijera nada. Ya tenía bastante con lo que le decían las voces del interior. Estaba cambiando. Y de un día para otro, encontró un sabor no desagradable mientras auscultó los pedazos sólidos de su vomitada con la lengua, halló placer en una actividad esclavizante, deseó el negro y el púrpura en sus creaciones, y así. Y así. Y así.

lunes, 18 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

ESCENA EPISTEMOLÓGICA ENTRE DOS RODRÍGUEZ RICOCHET


Solían jugar a inventar nombres y comunicárselos a través de mensajes de texto. A Hermano y a Rodríguez Ricochet el juego les resultaba muy divertido. La escena transcurre un viernes. Rodríguez Ricochet está en el baño de su casa, como todos los viernes después del trabajo. Ese mismo día Hermano, que vive en otra ciudad, Buenos Aires, adquiere un ciclomotor. A continuación, éste, recibe un mensaje de Rodríguez Ricochet que dice:

¿Y? ¿Martiniano Poncharelo Rutaceo Velocirraptor? ¿O Ricardo Carlos Ben Goma Arismendi Nervi con Pavimonti?

Minutos después Rodríguez Ricochet recibe un mensaje de texto en su teléfono. Es de Hermano. Dice:

Augusto Zenón Pasta Ricoh Alvear Quintimil.

Rodríguez Ricochet reflexionó que Hermano rompió la lógica del juego inventando el apellido Ricoh. Y ahí el contrato implícito del juego cambió radicalmente. Escribiendo Arrascoyta o Cárdenas Riquelme o Bustamante y Cofré, lo que seduce es la conjunción de palabras, un tipo singular de disonancia auditiva. Como social, pensaba Rodríguez Ricochet. La seducción en este caso se amalgama con lo visual, con el acto de ver y leer varios apellidos pensados por otro. Sin embargo con Ricoh la cosa es diferente. La legitimación del chiste se traslada hacia el plano de la pronunciación. Precisamente hacia la invención de una forma de hacer pronunciable la letra hache. Ahora el chiste no tendrá remate ni resolución hasta tanto la hache se identifique con un sonido. A partir de ahora es necesario borrar la tradicional mudez de la hache y arrastrarla hacia el plano de lo pronunciable, o, en el peor de los casos, al de lo divisable. Hermano debió brindar explicaciones en beneficio de la salud mental de Rodríguez Ricochet, pues estas cosas siempre le generan descalabros. No se reía del chiste.
Tiempo después, en ocasión de ver el uno el cuerpo del otro encontrados en una misma cocina, Hermano convirtió la explicación del chiste en un chiste, y Rodríguez Ricochet sonrió espontáneamente. Hermano, que es técnico en psicoantropofrayingenierilicenciaturías, concluyó que difícilmente nada por fuera de la epistemología, o algo así.

viernes, 15 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

DICIENDO DE LA OFICINA


Con la queja a flor de piel Rodríguez Ricochet comenta a Juan cuanto daña a su cuerpo la oficina en la que trabaja. Juan, desde otra ciudad, le escribe a Rodríguez Ricochet en ese Mayo.

Por la oficina también pasa la vida. Mira…

A veces como menesterosa
Arrastrada, pedigüeña, zaparrastrosa
Otras, disfrazada de errónea, confusa, ajena, malentendida
A veces la vida camina por la oficina

A veces la vida camina por la oficina
en las piernas hermosas de una oficinista
o ilumina con los ojos luminosos de una contable
o anda volando por el aire acondicionado
con los cabellos de la archivista
o sube la humedad ambiente con una boca cereza

Pero… quedó dicho, a veces… demasiadas veces
Anda mezquina, moralista, impávida – la vida –
Por la oficina

Parece que da condiciones de posibilidad de grises días
La oficina

A veces
parece que pocas,
anda el amor en la oficina

Entonces la vida retoza entre cajones,
biblioratos, oscuras planillas

Pero es raro que eso pase
En la oficina

miércoles, 13 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET AGARRANDO UNA METÁFORA


“… con esa claridad que brinda la luz de una sola vela en una sala amplia”. Alejandro Dumas había hallado tal observación súper precisa y Rodríguez Ricochet se enteraba de ella en ese momento de la noche. Estaba en la cama, no se había desvestido, ni había comido nada desde el mediodía. El mecanismo a través del que se introyectan las cosas se da, o por repetición disciplinaria o por imitación inmediata, espontánea, fundada en una intuición desmedida, como inconmensurable. Pues ahora prestaba excelsa atención a la claridad que brindaba su solo y amarillento velador. Lo asombroso es que pensó/intuyó que pudo divisar la claridad de Dumas perfectamente. Y así la introyección habrá pasado y perdídose en el tiempo. Ahora, estamos hablando de otra cosa, mucho más nuestra ya.

lunes, 11 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET Y OTROS RECURSEANDO HUMANAMENTE


La situación es al menos controversial. Rodríguez Ricochet estaba en la oficina, como si hiciera falta decir algo más. Dos sujetos ni se hablan a causa de algo que la inmensa goma del tiempo ha borrado. Discusiones sin voz, distanciamientos que no suceden en el plano espacial, empolvado odio prolijamente disimulado, carreras cuya meta es el desprestigio ajeno. De la trama participan una persona profesional de la comunicación humana y otra, exclusivamente ser humano. Ser humano con pies y cabeza. Cuando es inminente el cruce en un pasillo o el encuentro involuntario en la cocina ambos personajes disimulan su perplejidad ante lo que íntimamente desearían que fuera distinto. Miran con excesiva atención un expediente que llevan siempre consigo debajo de las axilas como instrumento de precaución, como un arma que defiende del encuentro con el otro. Era Mayo cuando se hablaron por última vez. Desde finales de ese mes nunca más volvieron a mirarse. Ya es como si, en el intenso universo que supieron construir, ninguno de los dos poseyera rostro.

viernes, 8 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET VISITANDO A ALGUIEN A LA TARDE


La tarde de Mayo espió a Rodríguez Ricochet y a la persona que iba a su lado y pudo corroborar que fueron a tomar cerveza artesanal a un bar y que de ahí se fueron a una plaza. Vio que en ella tranzaron sus labios, se tocaron lo que podían tocarse en una plaza – que fue mucho – y se abrazaron varias veces, por largo tiempo. Después pudo ver cómo se levantaron y se fueron. Por más subrepticios que fueron sus movimientos, no pudieron esquivar la óptica que la tarde había posado sobre ellos. La tarde estaba en todas partes. El fenómeno es asombroso. Y fue así que los siguió hasta una casa. Entró con ellos y siguió espiando. Vio como una de esas personas se metía en la boca el cuerpo de la otra y fue testigo de un sabroso y prolongado instante. Después, observó como una de las personas apoyó la espalda sobre un sillón nuevo y hermoso y cómo la otra distanció sus rodillas la una de la otra, rodeando la mitad del cuerpo que tenía debajo con sus ante piernas. Se agachó aun más, y vio cómo sacó la lengua hasta que su moderada melena cubrió lo que podía verse de su cara, de su boca y de sus cachetes. Vio que la otra persona tardó en poner sus manos sobre esa cabeza, que hacia rato estaba inclinada, hasta que finalmente fue testigo de cómo el pelo fue recogido desde la nuca y direccionado de arriba hacia abajo. La tarde no vio que se vertieran modificaciones en las posiciones de los cuerpos. La espalda siguió apoyada donde estaba y el pelo continuó siendo sujetado y manipulado con vetas escasas de salvajismo. La tarde observó el acabose y el momento en que uno se sacó la remera y quitó la de la otra persona. Después vio como se frotaron durante un rato y cuando se pintó la noche, la tarde observadora se fue y ocupó su lugar el frío oscuro. Mayor cautela ante la nueva espía. Ésta no vio más que una lenta puesta de remeras y un despreocupado proceso de asepsia bucal mediante la técnica de buches en la pileta de la cocina. Como no lo había hecho hasta el momento, Madre podría llegar de un instante a otro. Y convenía que los encuentre tomando mate, o estudiando, o fumando o jugando al estanciero.

miércoles, 6 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

RODRIGUEZ RICOCHET ARMANDO ALBUMES CON UNA SOLA FOTO


Ni bien sucedido, se tomaba un trago. De repente, lo escupía. En ese pequeño segundo, parecía que no le gustaba. Luego, se tomaba otro. Ese pasaba. Después, coincidían en la cocina. De pronto, aparecían apoyados en la mesada besos casi respetuosos y toqueteos no tanto. Más tarde, se miraban. Al cabo de un rato, se servían del sabor de la soda fresca. En ese mismo instante, no volvían a aparecer apoyados en la mesada besos casi respetuosos y toqueteos no tanto sino que, como de la nada, aparecían apoyados en la mesada besos respetuosos y toqueteos no tanto. Minutos después, miraban un cuadro. Transcurrido un breve lapso de tiempo, no volvían a servirse del sabor de la soda fresca sino que se servían del sabor de la soda fresca. Pasados unos momentos, no volvían a empezar, sino que empezaban. Pasado un rato, se tomaba un trago. Parecía que le gustaba. Más tarde, no volvían a coincidir en la cocina, sino que coincidían en la cocina. Largos segundos pasaban, y no volvían a aparecer apoyados en la mesada besos casi irrespetuosos y toqueteos no tanto sino que aparecían apoyados en la mesada besos casi respetuosos y toqueteos no tanto.
El cronista, dejándolos solos, se fue y, sin él, es imposible saber ya cómo transcurrirán las escenas siguientes. Miraba la escena desde algún afuera y concluía que no existe la repetición. Parecía no ser cierto ese discurso que tanto repetía a causa de que tanto creía en él. Los señaladores de tiempo discursivo, inexactos e imprecisos, parecían así poder demostrárselo. Parecía no haber más que un instante. Parecía que no había más que un universo entero en cada uno.

viernes, 1 de julio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

ESCENOGRAFÍA DE RODRÍGUEZ RICOCHET


Nadaba, cantaba, gustaba de la soda fresca, se peinaba, corría, hacía arpegios en la guitarra, jugaba juegos de mesa. Todo ello con frecuencia, como todo junto, como lo que se ve de cualquier otra persona. Conocía el fragmento, anunciaba cosas y rara vez pensaba en política.
La calle era una puesta teatral en movimiento perpetuo. Escenografías, disfrazadas y disfrazados, payasos, el barro y el marfil en convivencia alternada, plantas, algunas luces, veredas que albergan a unos por la mañana y a otros por la noche, negocios alucinantes con los mostradores repletos de caries.
Por eso Rodríguez Ricochet, así es su apellido, es como quien merodea por entre escenas. Protagonista de álbumes de una sola foto. O de dos, como mucho.
La continuidad, la linealidad, el afecto por la predicción, terminarán, tarde o temprano, por abandonar el cuerpo de Rodríguez Ricochet.

miércoles, 29 de junio de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - LEANDRO TRILLO - 2011

NOTA DEL AUTOR


Escenas retratadas con palabras es un cuento escrito en el tiempo que duraron juntos los meses de Abril Mayo y Junio de dos mil once. Su escritura fue inconstante, caótica, repleta de fotos y de ánimos sin forma y sin cordura. Cegada, olvidada, recordada. A diferencia de otras veces, ningún trazo de la historia se supo con más de quince minutos de anticipación. Lo mismo sucedió en la vida del autor en el tiempo que duraron juntos los meses de Abril Mayo y Junio de dos mil once. Es probable que haya que sumar a la sentencia algunos meses para atrás o para adelante. Febrero o Agosto, digamos, o más.
Puede ser que lo de los quince minutos pertenezca al ámbito de la intuición o al de la telepatía. Puede ser, en definitiva, que ningún trazo de la propia historia se sepa a través de la realidad con más de quince minutos de anticipación. Y quince es un número, en este caso, por demás generoso.
Calor para la escarcha de este frío es un bello augurio. Risas para nosotros.


Leandro Trillo
Viedma, Junio de 2011.

lunes, 27 de junio de 2011

SECCIÓN: PALABRISTAS INVITADOS

EL LEON NO MATA POR MATAR


Por FEDERICO PIERGENTILI
Bahía Blanca, Junio de 2011.


Estoy aquí tirando, junto a mi tristeza
Viendo que la luna, refleja su inocencia.
Estamos todos tirados, porque nadie nos enseña
No podemos ver, lo que queremos
Muchas palabras, mucha repetición
Mucha ignorancia y poca reflexión
Sensaciones a pleno, que enloquece a mi canción
Corazón cansado, producto de la aceleración
Me conecto a la ganja, porque me llena de pasión
Es un gran alivio y cura el corazón.

Solo pido, un poco de alivio
Salgo a la calle y solo me deprimo
Miro a la izquierda y luego a la derecha
Solo observo, muchas personas
Durmiendo en la calle, personas hambrientas
Algunos se quejan y otros solo rezan
Dejemos de lado, un toque ambición
No dejemos que esto, nos impida, tirarle una soga al que más lo necesita

Luchemos todos juntos, esa es nuestra misión
No miremos al costado, prestemos atención
Nuestra ayuda, puede aliviar
Y al reprimido lo podemos ayudar
No dejemos que los represores, se la manden más
Esta es nuestra tierra y la tenemos que amar
Solo este dicho les puedo enseñar
Es el siguiente
Déjenme hablar

El león no mata por matar, esa es su esencia para poder perdurar
Violencia es discriminar y golpear sin excusa y lealtad a la naturaleza que tantas cosas nos da, suelo pensar que sentarse a pensar nos ayuda a reflexionar.

martes, 21 de junio de 2011

DISCURSO Y DESEO EN LA LÓGICA CAPITALÍSTICA - LEANDRO TRILLO - FRAGMENTO 22

BIBLIOGRAFÍA

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viernes, 17 de junio de 2011

DISCURSO Y DESEO EN LA LÓGICA CAPITALÍSTICA - LEANDRO TRILLO - FRAGMENTO 21

BREVE NOTA FINAL.

A modo siquiera de algo que se asemeje a una conclusión o a una serie de ellas, podría plantear acaso una serie de reflejos intermitentes que, íntimamente, quieran parecer cosa alguna concluida.
Primeramente quiero referirme a los aspectos de ruptura que pudieran haber sido planteados en este ensayo.
¿Por qué?
Porque ése es el desafío más grande, el mensaje al que tal vez se reduce toda esta serie de elaboraciones teóricas referidas a la lógica capitalística, a su tipología de discursos, de deseabilidades.
En la dimensión de la tendencia a la universionalización de la subjetividad deseo rescatar el o los puntos de ruptura por la razón de que constituyen la singularidad de la deseabilidad. Sólo por ello.
La intención es construir un faro en un punto cualquiera. Lo mismo es que emprenda esa construcción aquí o allá.
¿Qué es un punto de ruptura?
Pues creo que la construcción de un faro en cualquier parte. Eso es deseo y discurso en la lógica capitalística. Una interpretación que pretende.
¿Qué más se puede hacer?
Ni en contra ni a favor de la universionalización ni de la lógica capitalística. En ellas. La práctica de la singularidad de la deseabilidad en ellas.
He dicho que uno de los factores operacionales fundamentales de la producción subjetivo-social en lo capitalístico es la distracción, basándome, por si no hubiera sido claramente expresado, en la observación del funcionamiento de los productos de multiplicación. Tanto los que están hechos de carne humana como los electrónicos, virtuales, y el usufructo que de ellos se hace.
La distracción es una condición necesaria para que tenga lugar en la construcción de la subjetividad social la tendencia a la universionalización. Es necesaria porque configura la situación propicia que deja y establece al deseo como manipulable a través de la prefabricación de deseabilidad, como tierra cuya fertilidad propiciará el nacimiento de lo necesárico en el seno del deseo.
No es la distracción un mal. Tampoco creo que sea un bien. El planteo lo manifiesta como una condición, como una disposición de algo que resulta casi imposible de definir pero que, a los fines de nombrar aquello innombrable, es conocido como sistema.
La distracción, entonces, como ámbito de síntesis de aquello que conforman la deseabilidad, lo híper, lo necesárico, lo capitalístico, la máquina universionalizante.
La distracción, dimensión originaria de mecanismos de funcionamiento negativo.
La distracción es una nueva configuración social que se coloca junto, si no por encima, a la opresión y al aburrimiento. Es la condición, como referí anteriormente, necesaria para la producción del dispositivo capitalístico. Opera, fundamentalmente, sobre el deseo, o la deseabilidad, o la capacidad deseante. La intención de los tres términos, confieso ahora al lector, es nombrar la misma cosa.
En los tres casos mencionados -opresión, aburrimiento y distracción- se encuentra como denominador común, como lo que los tres tipos de configuración comparten: la deseabilidad.
Por eso la insistencia en discurso y deseo.
El discurso subjetivamente distraído pone de manifiesto el estado del deseo, al igual que ocurre con el discurso del oprimido y del aburrido. Pues el deseo y el discurso son como los objetos de los que se sirve una metáfora para expresar algo. La expresión de hiancia.

miércoles, 15 de junio de 2011

DISCURSO Y DESEO EN LA LÓGICA CAPITALÍSTICA - LEANDRO TRILLO - FRAGMENTO 20

La ingeniería utilizada como sostén.

Probablemente se entienda como un par dicotómico, o una separación binaria, a la relación que vincula la universionalización con la singularidad de la deseabilidad.
No obstante ello, una condición subjetiva no es condición excluyente de la otra. Este es un punto en el que es necesario ensayar algunas consideraciones.
La condición o emergencia de aparición se da justamente en una relación cuyo principio es la no exclusión de la otra. Plantear tanto a la singularidad como a lo necesárico o a la tendencia a la universionalización como estado perpetuo de la subjetividad implicaría la posibilidad de sostener una situación similar a la lógica capitalística en tanto configuraría un estado de tendencias totalitarias, absolutistas en relación a un estado, a una configuración de la subjetividad.
Me he referido en algún lugar al concepto de hiancia. Y creo que ésa es la instancia en donde se desarrolla la lógica capitalística. A los fines de ello es que resulta significante la palabra tendencia. La tendencia del sistema capitalístico a la universionalización de la subjetividad, o de la deseabilidad, es la conjunción de palabras que creo, mejor define a esta interacción.
Claro que para esta tendencia resulta de mayor facilidad arrimar la configuración que propone a los sujetos, porque para ello creó y configuró un mecanismo social y singular, precisamente, de funcionamiento de los medios masivos de comunicación, a cuyos derivados en la dimensión de la subjetividad social puede comprenderse como los mecanismos de funcionamiento negativo, además de una serie de campos disciplinarios que se ocupan de realizar, multiplicar y proliferar esa tendencia a la subjetividad capitalística operando sobre el deseo.
Como ya ha sido mencionado, la fenomenología del deseo, la deseabilidad configurada bajo la lógica capitalística es el tema central de este estudio. La configuración del deseo configurada, justamente, por el dispositivo capitalístico. Aquella subjetividad que opera, proyecta, subsiste de acuerdo a la serie de preceptos de las disposiciones capitalísticas.
La configuración de la deseabilidad se encuentra en una etapa histórica en la que se configura nutriéndose casi íntegramente por la multiplicación incesante de ficciones sociales que son mucho más ajenas en una primera instancia a la dimensión genuina de la deseabilidad de los sujetos que las desarrolladas en otros contextos históricos. Ante tal mutación de la figura y/o máquina configuradora se producen visibles los efectos de las nuevas configuraciones. Además de ello la configuración capitalística se establece bajo los efectos de la tendencia a la universionalización de la subjetividad. Y no incluye esta afirmación relación alguna con las diferencias de clases. La transversalidad de esta operación trasciende la dimensión capitalista de materialidad, poder adquisitivo. Se trata, si se quiere, de la educación del deseo, de la deseabilidad, el amaestramiento, la manipulación.
Por ende, en la era de las disposiciones y las lógicas capitalísticas productoras de la tendencia universionalizante, lo que se produce, o también podría decirse que lo que se multiplica, es la subjetividad capitalística, radicalmente caracterizada por la relación que mantiene y establece entre el deseo, la deseabilidad y el dispositivo de tendencia universionalizante de la subjetividad.
De allí el interés por teorizar acerca de la distracción pues la lógica capitalística la utiliza, enmarcándola en un dispositivo pedagógico, a los fines de que la deseabilidad se encuentre en estado hipersaturado en la subjetividad.
Intuyo que la producción de materia social está dada por la máquina en la que deviene la deseabilidad cuando habita instantes de singularidad. Es decir que veo una relación casi dependiente en la triangularidad singularidad- deseabilidad- materia social.
Cuando la hipersaturación y la hiperestimulación invaden el territorio de la deseabilidad y la subjetividad trabaja con esa serie de estímulos, intentando crear intensidad deseante con una fracción de la información saturada a través de las prácticas de pensamiento, se da la maquinización de la deseabilidad. Ocurre en la dimensión de lo subjetivo.
Funcionamiento de la sujeción social como máquina productora de materia social.
Por otra parte será otro el tipo de producción cuando la deseabilidad esté más hondamente comprometida con la ingeniería subjetiva de la lógica capitalística. La propia discursividad se volverá recipiente de destellos necesáricos, fabricados por la propagación de la deseabilidad mediática, ajena, constituida por prefabricaciones de deseos de formato massmediático (¿masmediático? y funcionará de esa misma manera en relación al acontecer, a la generación de pensamiento social.
Es propicio decir que la vinculación existente entre la hiperestimulación y la recepción recipiente o máquina es rugosa. Participan en esa configuración, de modo aleatorio, calidades de intensidad. Ello pretende dejar de lado aquello que tienda a plantear totalitarismos en el ámbito de las dimensiones de las configuraciones subjetivo-sociales e, incluso, en el campo de la producción de singularidad en la deseabilidad.
La cuestión se encuentra en lo que se hace, en lo que se produce, con lo que se recepta de los ámbitos generadores de hiperestimulación y saturación. La producción de singularidad radica en la conciencia y la autonomía, en el manejo de esa producción, de esa constitución de la subjetividad en máquina productora de materia social.
Participar e inmiscuirse en la deseabilidad de la lógica capitalística no constituye perpetuidad en la configuración subjetiva. Lo que es necesario comprender e instalar en las prácticas de pensamiento es la posibilidad de configurar una máquina a partir de tal experiencia. Hacer funcionar a la subjetividad como recipiente, como máquina o como una intensidad rugosa que deambule por ambos. Todas las opciones son máquinas.
El manejo de la posibilidad de constituir singularidad es una alianza acordada con la autonomía de la deseabilidad.
Creo que lo antedicho se usa para corroborar las tácticas y tendencias a la universionalización de la subjetividad y también de la deseabilidad.
Lo riesgoso, lo que se presenta como sintomático, se configura en los abismos de la subjetividad que deviene recipiente de los estímulos capitalísticos. Allí, en ese íntimo foro de existencia subjetiva, tiene lugar la constitución de la subjetividad y la deseabilidad distraída.

lunes, 13 de junio de 2011

DISCURSO Y DESEO EN LA LÓGICA CAPITALÍSTICA - LEANDRO TRILLO - FRAGMENTO 19

Fronteras con el deseo.

En el marco de la geografía social que está siendo descrita, se continuará desarrollando la noción de tendencia a la universionalización de la subjetividad.
Se hará referencia al marco histórico en donde este fenómeno se encuentra siendo planteado.
Para ello, inicialmente, me referiré al vínculo que existe entre el fenómeno de la globalización y el de la tendencia a la universionalización en tanto la primera se constituye como condición de aparición de la segunda.
La tendencia a la universionalización de la subjetividad es una fenomenología estrechamente ligada a la globalización. La amplitud del concepto de globalización lo hace permeable a múltiples definiciones e interpretaciones que acatan campos disciplinarios para ellas.
A los fines de las hipótesis desarrolladas en este estudio se dirá que la globalización es un proceso estructural por el cual la subjetividad de los sujetos de cualquier punto del globo tiende a adquirir características similares. Es decir que la subjetividad social adquiere una dimensión de una versión de producción hegemónica que se constituye como similar y similarizante. Se produce la tendencia a la universionalización de la subjetividad. Versiones de la subjetividad replicadas a lo largo y a lo ancho del globo. Estimuladas y constituidas por factores similares, diseñados para universionalizar.
El hábitat, el ámbito del fenómeno de universionalización es la dimensión simbólica y su trasfondo, su matriz de reproducción, es el de la subjetividad consumista de deseos necesáricos, forma subjetiva producida justamente por esa aparición de lo necesárico a través de los procesos sociales descritos a lo largo de este trabajo.
La universionalización de este tipo de subjetividad será definida primeramente como aquel fenómeno similar al de crear máquinas productoras de hegemonía de deseabilidad que se dedican a atraer la capacidad deseante de la singularidad de cada sujeto, creando un ámbito de dominio real y simbólico en donde se depositan y se posan todas aquellas capacidades de deseo vírgenes y potencialmente singularizantes. Se trata de la territorialización del flujo deseante causada por la operación de la máquina social en su condición de poseedora del poder significante.
Básicamente se confunden las operaciones de producción de versiones subjetivas de los sujetos (singularizaciones o subjetivaciones) con la producción maquínica de deseos y de desabilidad, la cual culmina en la actividad de consumo de una especie de deseos prefabricados con materia social cuya producción es cualitativa y cuantitativamente ajena a los sujetos. La deseabilidad necesárica.
Esta operación de la máquina social se constituye en el material en el que se basará la elaboración de pensamiento social y de su correspondiente discurso. Su producción discursiva.
Es importante tener en cuenta este tipo de factores. Se hacen visibles a través del vínculo que los sujetos establecemos con los programas y los fenómenos televisivos de moda, mayoritariamente, así como con toda aquella otra producción más mediática que rige y dirige, en conjunto, la provisión de aquello que será motivo de la fabricación de la materia social.
Me he referido ya a la concepción de mediatización de Walter Benjamín aplicada a estas hipótesis. Recordemos que Benjamín pensaba que el nombre, en la lengua existente, es sólo el terreno en el cual tienen sus raíces sus elementos concretos. Pero los elementos abstractos del lenguaje –como se puede tal vez suponer- tienen sus raíces en la palabra juzgadora, en el juicio. La inmediatez (es decir, la raíz lingüística) de la comunicabilidad de la abstracción está radicada en el veredicto juzgador. Esta inmediatez en la comunicación de la abstracción ha tomado la forma del juicio cuando el hombre abandonó, en la caída, la inmediatez en la comunicación de lo concreto, del nombre, y cayó en el abismo de la mediatización de toda comunicación de la palabra como medio, de la palabra vana: en el abismo de la charla.
La constitución de la operación de universionalización ocurre de manera subrepticia. No es eficaz la dinámica comunicacional, sino que funciona y opera a través de la hipersaturación.
El vínculo que puede establecerse entre las reglas de funcionamiento de la máquina universionalizante y el pensamiento social es de una especie de batalla. Corresponde a una tecnología bélica, pues la hipersaturación y la comunicación referida distraen.
¿A qué distraen? A la capacidad deseante. A la deseabilidad.
Por eso en tiempos en donde la operación de constitución de vínculo y lazo social, como suele llamárselo, es regida por los mecanismos de funcionamiento negativo y por la hipersaturación en beneficio de la producción de tendencia a la universionalización de la subjetividad, es dable pensar que la producción de pensamiento social es débil, o no fuerte.
Poseo la disposición de declarar que es estrecha la relación existente, en la atmósfera social capitalística, entre la tipología de la deseabilidad prefabricada, efímera y obturada por los mecanismos de funcionamiento negativo y por el abrupto y constante bombardeo de lo hiper, y la vivencia de las identidades pret à porter.
La vivencia de caos e inestabilidad identitaria teorizada en el concepto de identidad pret à porter guarda vínculo con la cultura de lo hiper y con sus cadenas de estímulos insoportables para la subjetividad, con la hiperventa y consumo masivo de deseos prefabricados, carentes de la posibilidad del movimiento de algo que va hacia lo otro como hacia lo que le falta a sí mismo, según la composición del deseo de Lyotard.
El deseo, dice este autor, no es más que la fuerza que mantiene juntas a esa presencia y a esa ausencia pero sin confundirlas, además de que el deseo, por indigente, está obligado a ser ingenioso, mientras que sus hallazgos terminan siempre por fracasar.
La lógica capitalística efectúa esa confusión.
Mutación de esta estructura del deseo a través de la fabricación en masa de deseos que se consumen previamente a una vinculación de presencia ausencia.
Hacia ello se dirige el concepto propuesto para pensar esta emergencia. Ese concepto es el de los deseos necesáricos, o, sencillamente lo necesárico.
La vivencia de las identidades pret à porter se sostiene en el irrefrenable flujo de producción de deseo capitalístico por todas las atmósferas sociales.
Se constituye así una arquitectura del deseo que, por inestable y como forma de cadena semiótica de consumo de signos de mercado a nivel global, deviene identidad pret à porter o subjetividad capitalística, más precisamente, lo que denomino la tendencia a la universionalización de la subjetividad.
Queda así planteada la relación que las teorías situadas en este estudio establecen entre deseo, discurso, la subjetividad modelada para la convivencia con lo hiper y la lógica capitalística.
La calle se ha vuelto estentórea. Una de las franquías mínimas que antes gozaba el hombre era el silencio. El derecho a cierta dosis de silencio, anulado. La calle penetra en nuestro rincón privado, lo invade y anega de rumor público. El que quiera meditar, recogerse en sí tiene que habituarse a hacerlo sumergido en el estruendo público, buzo en océano de ruidos colectivos. Materialmente no se deja al hombre estar solo, estar consigo. Quiera o no, tiene que estar con los demás. La gran vía y la plazuela rezuman su alboroto anónimo a través de los muros domésticos, pensó José Ortega y Gasset en un pasaje de El Espectador.
Detrás de ello se encuentra funcionando la distracción como método inmanente de la estructura social actual.
Si bien esta estructura es informe y las figuras se encuentran en constante mutación, pareciera haber un límite, un círculo, amplio desde luego, del cual la insistencia por mutar no puede trascender, viéndose obligada a desarrollarse y a reinventarse bajo una serie de cánones universionalizados y universionalizantes instalados e inmanentes a ese conjunto de círculos, en última instancia limitados.
Lo que se encuentra fuera de ese conjunto de círculos canónicos contiene la dimensión de lo impensable.
Mientras el lazo que relaciona a los mecanismos de funcionamiento negativo, a la tendencia a la universionalización y a la puja singularizante se corresponda con tecnologías bélicas de la subjetividad, será casi imposible acceder a ese dominio de lo irreal aun. Para que algo del ámbito de lo irreal surja y emerja, es decir devenga real, es necesario pensar en términos que contemplen lo irreal y lo impensable. Ese es el modo de llegar a lo impensado. Convertirlo en real sirviéndose, desde luego, de cualquier tipo de lenguaje. No se logra tal acceso, tan aventurada invención social por medio del camino de la universionalización ni por el de la repetición de lo ocurrido hace instantes en los dominios mediáticos ni por medio del uso de la deseabilidad prefabricada.
La retícula, concepto perteneciente a la dimensión inventiva de Foucault, no está destinada a recibir los elementos socio-históricos propios de una época como ajenos a una concatenación de hechos y trazos de una cartografía histórica y eterna, sino que sería más bien una disposición de existentes finitos en la que esos existentes son inmanentes al plano propio de la disposición existencial. Su misma evolución, su mismo devenir. Son él mismo en estado de mutación constante. Similar al estado del universo en expansión, según las teorías que se ocupan de estudiar tal fenomenología.
De esta forma sería posible plantear un debate y una cuestión ontológica, estrictamente de carácter inmanente, pero lejos de ello, es preciso decir que cualquier sociedad es el producto de una incesante y ancestral trama de vinculaciones que corresponden a la dimensión de un plano inmanente que ha ido adoptando necesariamente la mutación como su motivo existencial.
Einstein pensó en Mis Creencias que para los humanos el concepto de sociedad significa la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con los integrantes de las generaciones anteriores. El individuo se halla en condiciones de pensar, sentir, luchar y trabajar por sí mismo; sin embargo, en su existencia física, intelectual y emocional depende tanto de la sociedad que resulta imposible pensar en él o comprenderlo fuera del marco de aquélla. La sociedad, prosigue, proporciona al hombre su comida, su vestido, un hogar, las herramientas de trabajo, el lenguaje, las formas de pensamiento y la mayor parte de los contenidos del pensamiento; la vida del hombre se realiza a través del trabajo y de los progresos de muchos millones de personas del pasado y del presente, ocultas tras la simple palabra sociedad.
Por ello las sociedades son constante posibilidad, constante multiplicidad de relaciones más allá de que se las pueda nominar en cuestión de temperaturas frías o calientes o bajo el sistema de dominación o libertad y autonomía. Las sociedades son el caldo de cultivo de la subjetividad. Y lo único que se sabe de la subjetividad es que es auto-poiética. Se recrea.
Por ende, en el plano de inmanencia y en el dominio de la cartografía histórica en donde se sitúan las sociedades, es dable pensar que éstas son planos de posibilidad de existencia subjetiva.
En la actualidad, y atravesado por el plano histórico aludido, el dispositivo social se sirve de una serie de factores con los que cuenta y a los que fue necesario que la misma estructura invente a raíz de la cartografía de su historia, para desarrollar un estilo de vida cotidiana particular. Esa particularidad está construida por la propagación del fenómeno de la universionalización.
Esta propagación se ejecuta en las organizaciones encargadas hoy de socializar a los sujetos.
Los ámbitos son constituidos por los procesos de socialización de los sujetos. Éstos son los procesos a los que se debe el que a los sujetos se los denomine sujetos, pues lo que hace con la masa de carne y expresión desinstitucionalizada que es un niño, por ejemplo, es sujetarlos a la estructura social. Esto ocurre de modo similar a seguir el trazo dejado por una huella. La estructura tiene una especie de agarraderas de las que uno se sujeta porque no hay otra posibilidad más tentadora. No tomarlas hace que un sujeto renuncie a sus sujeciones y devenga lumpen, ciruja, expulsado, loco, etc.
Estos personajes que rehúsan cualquier tipo de transacción con los pilares fundamentales de la estructura, poseen una constitución subjetiva que pareciera situarse por fuera del pensamiento al que la mayoría de los sujetos terminamos amarrándonos. No obstante ello, la autopoiesis sistemática del sistema ha creado imágenes lingüísticas y subjetivas que atraen a estas subjetividades al mundo de los sujetos oficiales: casas de medio camino, manicomios, sistemas y leyes de desmanicomialización, y ha naturalizado mediante una infinidad de mecanismos que operan en la subjetividad social la constitución subjetiva de las figuras referidas. Esto se traduce al idioma social en ocupas, en tomas de propiedades por parte de indigentes (que son quienes están en la línea que divide el afuera -siempre temporario, pues quien sale vuelve a entrar condenado por las organizaciones represoras del deseo- del adentro, ámbito signado por la existencia administrativa en el Estado) en la aparición masiva de ellos y de otras figuras que se presentan con nombres e ideas identificatorias de gran valor en cuestión de materia social. Denotan, en el mejor de los casos, la posibilidad existencial dentro de la cartografía social.