Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


lunes, 28 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA CINCO:

DEL REJUNTE.


“Emerson creía que el país solo cambiaría a mejor si cambiaban sus habitantes. No porque ellos hayan creado el sistema y por lo tanto sean responsables de su reforma, sino mas bien porque las personas y sus relaciones son el sistema y, si hay algo que reformar, es eso y nada más”.


Desobediencia Civil; Henry David Thoreau.


No hay certezas para lucir

y continuar este artículo

ahora.

Marzo

Así como está,

Yo

decreto que cumplió.

miércoles, 23 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA CUATRO:

OLEO DE UNA VERSIÓN DE LA VIDA COTIDIANA FRAGMENTADA.


Mucho tiempo después me siento a escribir nuevamente. A veces siento que no hay rumbo, que no se persigue nada. Aun dentro de la estimulada actividad de desear. Me refiero a que se trata solo de esperar. Por eso se recuerda. Es mas sereno recordar que voluntariamente vivenciar la espera con conciencia.
En mi casa no hay fotografías, salvo en el monitor de la computadora. De protector de pantalla pasan fotografías de cuadros. Pinturas, son pinturas, no son fotos. Recién, que fue el momento en el que me di cuenta de que en casa no hay fotografías, me ha asaltado un estado de perplejidad.
Ya lo he dicho a través de otras líneas. Vivencio la escritura como un hecho de manipulación de fragmentos. Algo así como armar rompecabezas. No puedo escribir textos largos, y si lo hago no me siento cómodo, pues sé que en tal caso habré nombrado de más y habré repetido vanamente. Tengo la sensación de que no he podido escribir una novela no fragmentada, no esquizoideada.
Ahora el texto ha adoptado la forma de extremos que se sitúan cada vez uno más cerca del otro, disimulando que son extremos, puntas, pero no dejando de serlo. Rizomas, sabían los filósofos franceses de la intensidad. La escritura de la fragmentación no tiene origen ni árbol ni raíz. Es rizoma, y es un entramado amoroso, íntimo, erótico, dietético situado en la experiencia de la vida cotidiana. Muchas veces me pregunté por qué la gente inteligente habla de la fragmentación de la vida cotidiana. Que la vida cotidiana esté fragmentada implica en principio dos actores: la vida cotidiana y un segundo personaje que mediante algún tipo de mecanismo de orden social, posee la capacidad de cortar, de trozar, de fragmentar. Lo tercero que aparece es un objeto que se fragmenta y que está en juego en la discusión. Eso objeto que se fragmenta, dicen los tipos inteligentes, es la subjetividad. Pues bien, el cuarto elemento del análisis demanda, para poder configurarlo, el esbozo de una ideología que permita distinguir del resto a lo que es la subjetividad. La subjetividad es algo que no existe por fuera de uno mismo y que posee la misteriosa capacidad de auto recrearse al compás de cada estimulo que percibe el cuerpo, cualquiera sea su procedencia. Hay también una serie de investigaciones que relacionan de más amplia manera este concepto de recreación con la dimensión de lo social. Véanse otros autores.
Que la vida cotidiana esté fragmentada significa entonces que la subjetividad recibe estímulos desconectados espaciadamente entre si y que eso es procesado por la subjetividad (maquina interior sensible) dando un producto determinado y configurado por ciertas condiciones sociales. La distracción de la subjetividad, la subjetividad asaltada o la subjetividad saturada son algunos de los nombres con los que se estigmatiza a este fenómeno.
¿Es decir que la escritura como movimiento artístico está estrechamente ligada a las condiciones sociales que vivencia el escritor? ¿Qué no lo está? Al fin y al cabo somos un manojo de recuerdos de vivencias morales. Siempre es más sencillo identificarse y reconocerse echando la mirada hacia atrás que hacia delante. Causa menos miedo. Las víctimas de la cobardía saben de lo que estoy hablando. Al leer, los habitantes de la fragmentación sabrán encontrar aquí otro espejo adonde poder reflejar su subjetividad.

lunes, 21 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA TRES:

FOTOGRAFÍAS DE UNA LOCURA. FRAGMENTOS DE DÉCADAS.


No solo sucedían escándalos políticos en los ´90. Pasaban otras cosas y la dimensión de eso otro que pasa aun se encuentra en vigencia. Pensar que el devenir del mundo puede ser reducido a las principales efemérides de grandes corporaciones mediáticas es parte de un, acaso otro, espejismo. Todo lo que sucede contribuye inevitablemente a construir historia. Fotos en periódicos, flashes informativos, polémicas entre sujetos de profesión política no han sido lo único que configuró el estado actual del mundo. He aquí una breve enumeración de contribuciones.

1992: Empecé a sentir pasiones con el asunto de novias en la escuela primaria. Es como decir “me puse de novio” con una chica a la que todavía no le he dado un abrazo. Un mecanismo del que no pude desprenderme aun. Eso me causa angustias. ¿Qué me causan las cosas que me pasan? De eso voy hablar. Ahora, hoy. De lo que me causan ya. Me provoca mucha angustia escuchar música, tal como lo estoy haciendo. Me causa mucha angustia extrañar a alguien a quien se que no recuperaré. Una abuela muerta, una novia que se fue lejos de mi cuerpo, canciones. Eso me angustia sobremanera. En esas noches, como ésta, agradezco a algo o a alguien del plano de la tierra – al azar creo - el hecho de tener empleo y poder ir a trabajar mañana para poner la cabeza en otra cosa distinta de esta en la que la tengo puesta ahora. No comprendo como no hay más suicidios. Existir está jodido. Es una sala de espera de un consultorio privado de medicina de Viedma, en la Patagonia argentina, pues aquí el tiempo no se respeta. Las frases que señalan horarios, en los consultorios médicos privados viedmenses son plurisignificativos avanzantes. A las cuatro puede significar a las cinco menos cuarto, a las seis y media, a las cuatro y veinte, a las siete y diez, a las diez de la noche. Así es existir. Una tarea en la que el tiempo es plurisignificativo avanzante, como los horarios de los consultorios. Cualquier cosa aquí, en lo vivo, puede significar cualquier otra. Una promesa puede significar su contrario. – ¡Oh! ¡Cómo me has dejado mujer, como me has dejado, prometiendo desde tus labios que a pesar del no, siempre! Y así hemos estado fingiendo que nos hemos olvidado el uno al otro… ¡Oh, mujer!… si sintieras cuanto deseo encandilarte otra vez… aunque nunca hayas dejado de estarlo… -. La predilección compulsiva por un gusto de helado puede significar un recuerdo estanco del lazo infantil con madre, un deseo puede esconder otro, y ese otro, otro y más o menos pronto estallarán todos juntos y se dejaran ver, formando una cadena en donde se hará imposible divisar inicios y finales. Todo será nudo, trama, atadura, caos. Así le está pasando a amigos míos que vienen a mi casa a hablar de ello. El estallido de deseos está patente. Por presión quizás, pero estallan y cada dueño se ve obligado a prestarles por fin algo de atención, pues no es otra cosa lo que demanda la angustia, más que atención. Y tampoco es otra cosa lo que demanda el hecho de desear.

2003 o 2004: Me pongo de novio con Mariana, a quien ya conocía mientras aun la disfrutaba otro novio. Esa fue una experiencia interesante. Fue simbiótico lo que pasó en ese vínculo. La pasamos muy bien juntos, creo que porque decían que ella tenía la cabeza enferma y porque en un corto plazo ambos nos encontramos de repente envueltos por la misma enfermedad mental. Una misma intensidad corporal, como si se tratara de una frecuencia sintonizada en el dial de la radio, nos agenció y nos aisló delicadamente de afuera y de adentro. Escribí acerca de la interpretación patológica porque la oí muchas, muchísimas veces. Casi mecánicamente, acabo de multiplicarla aquí. Los sabios opinaron de mi relación con Mariana y por alguna razón repitieron el discurso de la enfermedad, de lo anormal. También puede pensarse que nada enfermo pasó allí. Alego que la pasamos muy bien. Supimos cómo divertirnos. Fue mucho el placer con Mariana, mucha la vivencia, lo que vi y lo que vio y que no ha sido olvidado por ninguno de los dos. Su padre debe ser aun psiquiatra y era quien además trataba a Mariana cuando estaba mal – decía que tenía ataques de pánico y esas cosas -. Mariana jugaba a psicoanalizarlo todo. Atribuía significados oscuros a cada recuerdo, cuando no a personajes míticos o a castraciones imaginarias. A veces era insoportable y a la vez interesante. Saber lo que pensaba y cómo analizaba Mariana decía mucho acerca de Mariana. Saber lo que piensa y cómo analiza cualquier persona dice, en verdad, mucho acerca de esa cualquier persona. Mas tarde he dado con la mujer de uno de mis hermanos que está en la misma sintonía en la que estaba Mariana mientras compartimos nuestra vida.

2005 o 2006: Creo que fue en algún lugar de ese bloque de tiempo cuando nos separamos. No recuerdo bien, pero un amigo me dijo que los villanos de hoy serán los héroes de mañana. No es del todo incoherente que haya sido así. Buenos recuerdos es lo único que poseo de ella.

2002 en adelante: Es cuando ya no pude parar. Hay algo a lo que significa no poder parar y tiene que ver con la cabeza. Es una construcción, lo se, pero de alguna manera un poco más real, tiene que ver con la cabeza. Si no, no soy capaz de saber por qué escribo. Aun mantengo la esperanza de averiguarlo. Y ahora, que removí semejante cantidad de recuerdos de Mariana y de otras mujeres de mi vida, tengo temor de ir a dormir. Al igual que Bart Levy, preferiría no hacerlo. La carencia o tal vez la creencia es lo que se me presentará para acostarse conmigo hoy y no deseo francamente que así sea. A veces los hombres nos ponemos muy sensibles, o yo al menos. Puede ser que esta escritura, sumada a la atmósfera que crea un disco de Stanley Clarke y Al Di Meola que estoy escuchando en este momento – el tema se llama Topanga - tenga que ver con un estado de interna sensibilidad desprendida de los recuerdos. Lo único que hacen es actualizar la carencia, la nostalgia.

Lo que sucede en este momento es que el faro de aquella experiencia está alumbrando este ahora con mucha potencia, con mucha blancura.

De manera tal que la vista y los demás sentidos sienten desde allá, apenas pudiéndose sostener parados sobre algunas imágenes algo nítidas de un pasado bruscamente recordado. La contraposición es esto que me está pasando. Percibo ahora cierto goce generado por la música y por la sensación de no estar perdiendo el tiempo y a la vez angustia indiscutible. Estoy casi convencido de que tiene que ver con no saberes. La conciencia de que hay algo que no se es angustiante para mí. No me refiero a las horas ni a los horarios en los que trabajo ni me refiero a la guitarra que ejecuto en Así toco Zaratustra. No me refiero a ello. Es algo que está tirado, descansando en otro lugar. En otra frecuencia, en otra intensidad. Es algo que invade al cuerpo entero, a la mente dentro del cuerpo. No se sabe qué tipo de fenómeno sucede a la hora de la muerte. Yo no lo se.
Oí acerca de un concepto griego llamado mayéutica. En la angustia del no saber sucede algo de ese orden. Acaso un movimiento del deseo que deja ver en su reverso, como si se tratara de un disco o de una moneda, la angustia que causa moverse. Del otro lado está grabado el placer, la posibilidad de colocar la luz de un faro cualquiera hacia adelante, en la misma dirección del tiempo y del goce. Aunque la muerte es la excepción a toda regla.
Ahora si, ya creo que no voy a pasar un feo momento si me dispongo a dormir.

jueves, 17 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA DOS:

HACIA UNA NOVELA. FRAGMENTOS DE UNA SUBJETIVIDAD ROTA.


Nunca dejaron de llamarme la atención las caras de entusiasmo en la gente gorda. Son imágenes que me conmueven. Veo mientras vuelvo a casa, con mi cara y mi cuerpo todo más feo que nunca, a una mujer muy gorda, desgarabatadamente vestida. Está en la parada del colectivo y habla por teléfono. Para hacerlo usa gritos desmesurados y su expresión es pura magnificencia. Hermosa, rebosante de una belleza muy bella, muy singular, muy atípica. Espera a alguien. Quizás está dándole indicaciones del lugar adonde está porque se van a encontrar. Su sonrisa es la de mis compañeras de escuela primaria. Dientes que se ven y que actúan de marco para un cuadro sobre el que está pintada una sonrisa por demás ansiosa. Una sonrisa que está a la espera de un goce futuro. Un goce situado en un futuro inmediato. Ya. Ojala se le de. Quizás esté por llegar algo que espera; así lo sugiere su cuerpo, su expresión, lo que menciona su aura.
Está hermosa. Me acostaría con ella. Se percibe preciosa. Su gordura desmesurada no se ve, no se puede tocar. Su cuerpo, su cara no están envueltos en caretas y disfraces. Hay ocasiones en las que nombrar no sirve de nada. Ocasiones en las que incluso el acto de la palabra se vuelve contraproducente.
Habla por teléfono y tiene los ojos bien abiertos y habla rápido, con ansiedad, desmesura, avaricia, deseo, entusiasmo, lujuria, música, calentura, fiebre. No se contiene. Arde. Hace arder el triperío. Quien quiera que sea aquel o aquello que programó o que la espera o que irá a su encuentro o que participará de ese deseo caliente va a pasarla muy bien. Hagan lo que hagan. Estoy envidioso, produciendo deseo de lujuria que no podré volcar más que en un video.
Da la impresión de que describe detalladamente algo. Sospecho que lo hace para que a su interlocutor no le quede duda de las coordenadas o de lo que tendrá que llevar o de lo que tendrá que hacer. La gorda busca la perfección. Anhela la satisfacción de un deseo que transcurra en tiempo perfecto, en circunstancias de algodón, de nubes, de locura, de embriaguez dionisíaca. Quisiera ser yo la persona con la que la gorda está hablando por teléfono.
La imagen es terrible. Es inútil negarlo. La belleza es nuestro destino. ¿Por qué nuestro? ¿Quiénes somos nosotros como para que la belleza sea nuestra? Nosotros. Los lindos y los feos y los gordos y los flacos y los olorosos y los higiénicos y los malalienteros y los verrugosos y los olipatos y los viscos y los de pelo corto y los de bellos en las axilas y en la espalda y los pito cortos y los pecosos y los fosforitos y los oscuros y los celestes y los amarillos y los achinados y los hinchados y los finitos y los afeminados y los machos y los vivos y los muertos y los animales y los cultos y los que duermen y los que intentan no estar dormidos. ¡Putas! ¡A mi! ¡Aquel, una puta, Yo, una puta, ellos, una puta, aquellos, un conjunto de putas y los de al lado bajaron de un colectivo de putas y los que desean, putas y los que callan, unas putas, los que satisfacen deseos, unas putas y la maestra, una puta y los bichos son putas y las caretas son de putas y esto, señores y señoras, está movido por el deseo de las putas! Amén. Dejo de verla. Por más que mi paso es lento, breve, me encuentro cruzando la calle, mascando chicle y olvidando. Probablemente ella siga en la esquina tejiendo tramas.

martes, 15 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA UNO:

ELOGIO DE LA CONSTRUCCIÓN. COLLAGE DE FRAGMENTOS.


El placer es una construccion Edgar Allan Poe es una construccion Deleuze es una construccion el jazz es una construccion la manteca es una construccion los amigos son una construccion la sensacion de soledad es una construccion el amor es una construccion o tal vez deberia decir una vivencia que se aferra a una construccion escribir sin puntos y sin acentos y sin reglas es una construccion y escribir con puntos y con acentos y con reglas es una construccion una construccion es algo que se construye habra que decirlo asi de manera simple para tratar de lograr que nos avivemos avivarse es una construccion me pregunto avivarse de que es la cuestion esto ya lo hizo Benedetti y ya lo hizo Joyce seguramente muchos más también lo hicieron pero no los leo porque no me han llegado sus publicaciones Joyce y Benedetti son una construccion y yo soy una construccion y mis recuerdos son una construccion esa construccion que son los recuerdos me construye es decir que esta construccion que soy esta hecha a base de una construccion porque el lenguaje es una construccion y todo esta hecho a base de lenguaje como escapar me pregunte anoche la tragedia psicológica de Roger Waters es una construccion igual que la mia Giant Steps es una construccion hay construcciones que destruyen las construcciones hay destrucciones que construyen todo es una construccion la construccion construye la oficina es la construccion mas grande de todas escribir sin puntos ni comas ni mayúsculas ni acentos construye un reparo una defensa de la fragmentacion la fragmentacion también es una construccion no te ampares siempre en ese discurso porque no se te puede decir nada entonces me dijeron una vez no me convence eso que me dijeron es una construccion que quieren que construya o que diga o que haga si todo es una construccion las minas que me faltan son una construccion esta desesperacion es lo unico que no percibo como una construccion ladrillos de los que nacen las palabras cemento que las pega semen que las reproduce sonrisas que construyen el enamoramiento oficinas que construyen la destruccion enojos que construyen y destruyen el caos es una construccion de orden el orden es una construcción los numeros son una construcción el proyecto es una construccion despues es una construccion hablar de los efectos psicologicos de la construccion de un proyecto dicen que es terapeutico pero deben saber que lo terapeutico es una construccion una construccion que intenta reconstruir historias destruidas por construcciones que las han destruido lo terapeutico y lo enfermo son una construccion incapaz de tolerar el caos la incertidumbre radiante que desafia a todas las reglas asustadizos merecemos llamarnos la raza de los asustadizos la inocencia de los que tenemos la percepcion amaestrada como si se tratara de amaestrar a un perro la escuela es una construccion en la que antes se felicitaba el ocio se lo premiaba se lo halagaba el elogio es una construccion que es lo que realmente hay en este cofre de piezas hermosas e inmateriales ordenadas, una al lado de la otra, con el mayor cuidado que el disciplinamiento puede procurar como descifrar el pasado el futuro a raíz de construcciones como descifrar ahora cual fue la construccion a partir de la cual empezo el juego de las construcciones como si se tratara de un juego de mesa de ingenio como si fuera una batalla naval una botella arrojada al mar que fue encontrada por toda la raza de seres vivos al mismo tiempo febrero de dos mil once leandro trillo este que soy yo

miércoles, 2 de marzo de 2011

LA ÉTICA DEL RESENTIDO (FRAGMENTO 28 - LEANDRO TRILLO)

ÁCIDO CLÓRICO, MOSCAS


¡No basta! ¡Nada basta! Me faltan cojones, me faltan cojones incluso para pedirte perdón. Desconozco lo que he hecho. No me reconozco. No sé que ha pasado conmigo. Siento que nunca quise ser nada y sin embargo contradice a esa sensación el hecho de que no estoy bien siendo esto que soy. Estoy rodeado de moscas y no alucino y cada vez que recuerdo que he asesinado me sucede algo parecido al hecho de nacer, y cada vez esas pequeñas existencias son peores, más miserables, más llenas de personajes que son asesinados todo el tiempo. Yo mismo me asesino y no puedo soportarlo más. Esta historia es la historia de mis suicidios. Otra vez Larutia, yo, la misma persona, los mismos recuerdos nefastos. Las mismas vergüenzas.
¡Nada basta!
Nada basta quiere decir para mí que no estoy seducido. Estar vivo no me seduce más. Incluso creo que ha dejado de sucederme. No siento estar vivo. Sospecho que tengo algunos derechos por eso. Sí que los tengo. Tal vez la historia de los suicidios haya sido mi canción de cuna y tal vez la canción de cuna se haya convertido en este tango, en este trash que me taladra, que me ahonda, que me seca.
¿Qué hacer, Jesús, qué hacer ahora? En una de esas sea propicio tomar una decisión. Jamás pensé tan seriamente la posibilidad de dejar de existir. Nunca me había parecido tan tentadora. Y no estoy deprimido. No es eso. Se lo diría hasta a un psiquiatra. Y luego de ello reiría frente a él. No estoy deprimido en absoluto. Es este resentimiento que me imposibilita afectarme a las pasiones, son las caras de Larutia, tan iguales a las mías, sus gestos, sus voces gritando, movilizándose horriblemente mientras lo sujeté durante tanto tiempo antes de matarlo. Son sus manos, estrechando las mías y sus recuerdos, recordando cuando iba a misa, recordando a quienes le causaron dolor, a quienes lo resintieron. Su cuerpo odiando a través del mío.
Nada basta ya pareciera, para que prefiera no suicidarme. Nada basta para volver empezar de cero. ¿Me voy a España? ¿La locura? Ya no me seduce.
¿Adónde estará quien me hizo tanto bien? ¿Adonde estará la posibilidad de que vuelva a quererme?, porque no la encuentro y he dejado de poseer legítimas ganas de buscarla. Uno se da cuenta cuando algo desaparece temporalmente de la mente de uno mismo porque nunca se va definitivamente. De alguna manera queda. En imágenes, en sonidos. De la misma manera uno se da cuenta cuando algo desaparece definitivamente de la mente. De repente el cuerpo sabe a mutilado. El cuerpo pesa menos cuando las expectativas desaparecen para siempre. Con ese cuerpo mutilado es como veo el mundo, mi país, esta ciudad, su gente, su pasado, el mío, la historia. Así han desaparecido de mi Adela, María Virginia, Chaboya, a quienes alguna califiqué como mis seres queridos. Mujeres, amigos, objetos.
Si todos se aferraran a la idea de que los cuerpos son mutilados en este sentido más allá de la propia voluntad y lo aceptaran, como se acepta la guerra o el avasallamiento al cuerpo, índice de la libertad, quizás mis ganas de dejar de existir fueran menores. Dejaría de sentirme tan bien solo y querría de esa manera estar acompañado de seres mutilados y resentidos a causa de ello. Pero cuando no hay salida, no hay pares, cuando no hay quien pueda escuchar la cosa se pone espesa. El interior hierve todo el tiempo, aunque no haga calor y aunque la temperatura se sitúe por debajo de cero. Se ve como todo se va prendiendo fuego sin cesar. Las calles, las caras de los que van por la calle, la propia casa, la propia cara, los propios libros, los ajenos, los trabajos, los mares, los ríos, las botellas, las drogas, el sexo, las palabras. Las palabras incendiadas hacen desastres. Pero a las bocas de fuego les es imposible no pronunciar palabras incendiadas. Es demasiado para mi. En serio, ya es demasiado.


Fin.