Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


lunes, 21 de marzo de 2011

LA ESCRITURA DEL FRAGMENTO - MUSEO DE ACUARELAS PINTADAS CON PALABRAS

ACUARELA TRES:

FOTOGRAFÍAS DE UNA LOCURA. FRAGMENTOS DE DÉCADAS.


No solo sucedían escándalos políticos en los ´90. Pasaban otras cosas y la dimensión de eso otro que pasa aun se encuentra en vigencia. Pensar que el devenir del mundo puede ser reducido a las principales efemérides de grandes corporaciones mediáticas es parte de un, acaso otro, espejismo. Todo lo que sucede contribuye inevitablemente a construir historia. Fotos en periódicos, flashes informativos, polémicas entre sujetos de profesión política no han sido lo único que configuró el estado actual del mundo. He aquí una breve enumeración de contribuciones.

1992: Empecé a sentir pasiones con el asunto de novias en la escuela primaria. Es como decir “me puse de novio” con una chica a la que todavía no le he dado un abrazo. Un mecanismo del que no pude desprenderme aun. Eso me causa angustias. ¿Qué me causan las cosas que me pasan? De eso voy hablar. Ahora, hoy. De lo que me causan ya. Me provoca mucha angustia escuchar música, tal como lo estoy haciendo. Me causa mucha angustia extrañar a alguien a quien se que no recuperaré. Una abuela muerta, una novia que se fue lejos de mi cuerpo, canciones. Eso me angustia sobremanera. En esas noches, como ésta, agradezco a algo o a alguien del plano de la tierra – al azar creo - el hecho de tener empleo y poder ir a trabajar mañana para poner la cabeza en otra cosa distinta de esta en la que la tengo puesta ahora. No comprendo como no hay más suicidios. Existir está jodido. Es una sala de espera de un consultorio privado de medicina de Viedma, en la Patagonia argentina, pues aquí el tiempo no se respeta. Las frases que señalan horarios, en los consultorios médicos privados viedmenses son plurisignificativos avanzantes. A las cuatro puede significar a las cinco menos cuarto, a las seis y media, a las cuatro y veinte, a las siete y diez, a las diez de la noche. Así es existir. Una tarea en la que el tiempo es plurisignificativo avanzante, como los horarios de los consultorios. Cualquier cosa aquí, en lo vivo, puede significar cualquier otra. Una promesa puede significar su contrario. – ¡Oh! ¡Cómo me has dejado mujer, como me has dejado, prometiendo desde tus labios que a pesar del no, siempre! Y así hemos estado fingiendo que nos hemos olvidado el uno al otro… ¡Oh, mujer!… si sintieras cuanto deseo encandilarte otra vez… aunque nunca hayas dejado de estarlo… -. La predilección compulsiva por un gusto de helado puede significar un recuerdo estanco del lazo infantil con madre, un deseo puede esconder otro, y ese otro, otro y más o menos pronto estallarán todos juntos y se dejaran ver, formando una cadena en donde se hará imposible divisar inicios y finales. Todo será nudo, trama, atadura, caos. Así le está pasando a amigos míos que vienen a mi casa a hablar de ello. El estallido de deseos está patente. Por presión quizás, pero estallan y cada dueño se ve obligado a prestarles por fin algo de atención, pues no es otra cosa lo que demanda la angustia, más que atención. Y tampoco es otra cosa lo que demanda el hecho de desear.

2003 o 2004: Me pongo de novio con Mariana, a quien ya conocía mientras aun la disfrutaba otro novio. Esa fue una experiencia interesante. Fue simbiótico lo que pasó en ese vínculo. La pasamos muy bien juntos, creo que porque decían que ella tenía la cabeza enferma y porque en un corto plazo ambos nos encontramos de repente envueltos por la misma enfermedad mental. Una misma intensidad corporal, como si se tratara de una frecuencia sintonizada en el dial de la radio, nos agenció y nos aisló delicadamente de afuera y de adentro. Escribí acerca de la interpretación patológica porque la oí muchas, muchísimas veces. Casi mecánicamente, acabo de multiplicarla aquí. Los sabios opinaron de mi relación con Mariana y por alguna razón repitieron el discurso de la enfermedad, de lo anormal. También puede pensarse que nada enfermo pasó allí. Alego que la pasamos muy bien. Supimos cómo divertirnos. Fue mucho el placer con Mariana, mucha la vivencia, lo que vi y lo que vio y que no ha sido olvidado por ninguno de los dos. Su padre debe ser aun psiquiatra y era quien además trataba a Mariana cuando estaba mal – decía que tenía ataques de pánico y esas cosas -. Mariana jugaba a psicoanalizarlo todo. Atribuía significados oscuros a cada recuerdo, cuando no a personajes míticos o a castraciones imaginarias. A veces era insoportable y a la vez interesante. Saber lo que pensaba y cómo analizaba Mariana decía mucho acerca de Mariana. Saber lo que piensa y cómo analiza cualquier persona dice, en verdad, mucho acerca de esa cualquier persona. Mas tarde he dado con la mujer de uno de mis hermanos que está en la misma sintonía en la que estaba Mariana mientras compartimos nuestra vida.

2005 o 2006: Creo que fue en algún lugar de ese bloque de tiempo cuando nos separamos. No recuerdo bien, pero un amigo me dijo que los villanos de hoy serán los héroes de mañana. No es del todo incoherente que haya sido así. Buenos recuerdos es lo único que poseo de ella.

2002 en adelante: Es cuando ya no pude parar. Hay algo a lo que significa no poder parar y tiene que ver con la cabeza. Es una construcción, lo se, pero de alguna manera un poco más real, tiene que ver con la cabeza. Si no, no soy capaz de saber por qué escribo. Aun mantengo la esperanza de averiguarlo. Y ahora, que removí semejante cantidad de recuerdos de Mariana y de otras mujeres de mi vida, tengo temor de ir a dormir. Al igual que Bart Levy, preferiría no hacerlo. La carencia o tal vez la creencia es lo que se me presentará para acostarse conmigo hoy y no deseo francamente que así sea. A veces los hombres nos ponemos muy sensibles, o yo al menos. Puede ser que esta escritura, sumada a la atmósfera que crea un disco de Stanley Clarke y Al Di Meola que estoy escuchando en este momento – el tema se llama Topanga - tenga que ver con un estado de interna sensibilidad desprendida de los recuerdos. Lo único que hacen es actualizar la carencia, la nostalgia.

Lo que sucede en este momento es que el faro de aquella experiencia está alumbrando este ahora con mucha potencia, con mucha blancura.

De manera tal que la vista y los demás sentidos sienten desde allá, apenas pudiéndose sostener parados sobre algunas imágenes algo nítidas de un pasado bruscamente recordado. La contraposición es esto que me está pasando. Percibo ahora cierto goce generado por la música y por la sensación de no estar perdiendo el tiempo y a la vez angustia indiscutible. Estoy casi convencido de que tiene que ver con no saberes. La conciencia de que hay algo que no se es angustiante para mí. No me refiero a las horas ni a los horarios en los que trabajo ni me refiero a la guitarra que ejecuto en Así toco Zaratustra. No me refiero a ello. Es algo que está tirado, descansando en otro lugar. En otra frecuencia, en otra intensidad. Es algo que invade al cuerpo entero, a la mente dentro del cuerpo. No se sabe qué tipo de fenómeno sucede a la hora de la muerte. Yo no lo se.
Oí acerca de un concepto griego llamado mayéutica. En la angustia del no saber sucede algo de ese orden. Acaso un movimiento del deseo que deja ver en su reverso, como si se tratara de un disco o de una moneda, la angustia que causa moverse. Del otro lado está grabado el placer, la posibilidad de colocar la luz de un faro cualquiera hacia adelante, en la misma dirección del tiempo y del goce. Aunque la muerte es la excepción a toda regla.
Ahora si, ya creo que no voy a pasar un feo momento si me dispongo a dormir.

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