Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


viernes, 30 de septiembre de 2011

PROLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XI


Hace ya largos pedazos de tiempo,
pude percibirlos,
he decidido escribir.
Exigir producción alguna.

Hace ya largos pedazos de tiempo,
pude recorrerlos,
quise traducir algo a lenguaje
sin entrever finalmente ningún beneficio.

Hace ya largos pedazos de tiempo
cuyos sentidos me resultan todavía ocultos
me encuentro tratando de pensar en frases
que seguro estoy no son estas.

Sin embargo
son ellas lo único de lo que soy capaz.
Y a pesar de que más tarde las llamaré inspiración
sé que nada dicen de mi.

El anhelo de no ser un ladrillo en la ciudad
un voto en mi provincia
un pedazo en venta de cultura
el cuerpo de alguien que lleva un mensaje

La curiosidad por no poseer lenguaje.
La escritura de palabras condenadas.

Incluso el vómito.
Que huele y sabe a escritura.
Y que se arroja del cuerpo
para que todo adopte nuevas formas.

Ello no es quizás otra cosa
que el reverso de mis deseos.
La sombra de ausencias que me nutren.
Lo expresado por lo que no escribo cuando escribo.

Sentidos y deseares macabros y traidores.
Sentencias fetales
como situadas en el vientre de un caracol cualquiera.
Como eso que está inmerso en el tiempo.

La validez de estas enunciaciones
que dan nombre a lo que no lo tendrá
es hacer necesaria la perpetua interpretación del mundo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO X


Iba a leer
y la fuerza me hizo escribir

Iba a ladrar
y la fuerza me hizo escribir

Iba a angustiarme
y la fuerza me hizo escribir

Iba a escribir
y la fuerza me hizo leer ladrar y angustiarme

Oh extraña fuerza
¿Es que no te das cuenta?
Conviertes a la escritura
en maligna o misteriosa.

Cada intento y cada intención
son tu descripción mas serena.

viernes, 23 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO IX


La extrañeza en los sabores, la intensidad perteneciente al mundo de lo sensible en constante estado de explosión, la penumbra del día, el hallazgo de la incomodidad en lo que hasta hace segundos resultó insignificante. A ello tratan de describir las líneas que componen a algunos poemas.
La palabra poema no es una de aquellas que me cause recordable placer al escucharla o al pronunciarla. Similar tendencia al olvido ejerce la palabra moral, o especifique, o protocolo. Prefiero oír y pronunciar almendra, sinécdoque, Patricia.
Prefiero llamar al poema como palabra que me guste. Obra o hecho en todo caso, pues éstas parecen resaltar la vivencia poética del autor o la posible poesía de la vivencia. Otra faceta de su precio, acaso un lado siempre expuesto y jamás visto.
Leer, aunque fundamentalmente escribir poemas, sea quizás la prueba de revalidación de sensaciones curiosamente instituidas. Lo que llaman culpa devino no culpa luego de leer a Nietzsche, así como también algunas muertes han dejado de despertar llantos perplejos y no milagrosos a partir del esbozo de versos que con el tiempo no han sido papel amarillento sino carne, uña y noche.

lunes, 19 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO VIII


En algunas oportunidades
supo intuir el poeta
que detestó el tiempo en el que nació.
Frecuentemente se detuvo a pensar
que sería digno que se los presentase.
Pues de seguro ese encuentro
sería el arquitecto de la expresión de la soledad
habitada entre dos.
Sin comunicación.
Sin cuerpos.
Sin señales que den cuenta el uno del otro.
Dos profesores
a los cuales es igual llamar alumnos
con nada por saber
y con nada sabido.
Dos puntos.
De ninguna manera referencias.
Atravesados por nada
pero unidos.

Si los presentaran
todo les sería dado.
Todo les sería oportuno
y digno de ser creado.

Este boceto.
Cree desear describir aquello
de lo que no puede separarse.
Eso es el discurso.
La pretensión de hacer agonizar
a lo que está agonizando desde que nació
y a lo que agonizará
hasta que la facultad de enunciar desaparezca.
Lo digo presente, como el poeta
descocido, en estado de putrefacción.
Lo digo crucificado.
Sin sangre ni rencor.
Lo creo.
Lo digo casi muerto.
Sin esperanza de resurrección.

Muero en el estado del que quieres sacarme
y que te resulta imposible.
Pues para ello
odio deberá ser amor.
Deberé olvidar
aquello que me ha tomado
de una vez y para siempre.
Ese amor convencional.
Cicuta que debe resistirse
a quemar los órganos.
Cicuta con forma de conocimiento
que para ser tal debe quemar el alma
la fe y la expectativa.

La experiencia de la vida no es una labor administrativa.
Sin embargo declino ante esta labor
que no implica ni contrato ni obligación alguna
y que rasga mis vísceras
a través del uso irrelevante
y por eso filoso de las palabras.

Por ello,
junto al poeta ajado,
puntos atravesados y hechos por la nada,
resolvemos:
Olvidar que alguna vez intuimos
que ambos podríamos sostener el peso de nada.
Abandonar identificaciones
Abandonar ese peso insostenible
Resignar el uso de la piel sin lados
que deja que todo ingrese
como si fuera un receptáculo vacío o un pozo ciego
pues ese pozo
adonde todo caía
y que hoy cierra su boca
no puede devolver ya más que la mierda
que tanto ha caído en él.
No obstante ello,
y mientras la derrota se acepta
albergo una espera.
Sin musas.
Sin ojos ni manos.
Sin capacidad de afecto.
Sin espejos adonde ver reflejo alguno.
Espera.
Anhela que aquello inmortal
resucite de su muerte transitoria.
Pues sabemos con el poeta que
aquello que nos obligó a cometer
el asesinato de nuestro deseo
es apenas una versión de la historia
por la cual hoy nos sentimos vencidos.

Ambos sabemos que en este momento
en el que las vísceras se están pudriendo de asco
en el que los olores indeseables afloran por la cabeza
en el que las palabras no significan a nada
en el que los sonidos de un instrumento
expresan descargas nerviosas,
en este momento
hay un vencido que habitará el dominio efímero del tiempo.
Y hay, lector,
lo escribo con las ruinas de un deseo
y con la vivencia de un velorio,
un vencedor inmortal.
Atravesando tres días de muerte.
Seis millones de hombres aniquilados.
Treinta mil desaparecidos.
Tramas e historias incomprensibles.
La sapiencia de una parole innecesaria.

Espera.
Avocado a ella
transcurrirán los días necesarios
en los que nada podrá sucederme.
Como a los habitantes del tiempo que el poeta odió.

viernes, 16 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO VII


Existen palabras que son nombradas
con excesiva ambición
entendidas de una manera
que le arrebata rudeza
a la intensidad con la que se fabrica un momento,
al instante con el que se pacta un recuerdo.

Anhelo encontrarme
con quien comparto
no mucho más que aquello
que ambos deseamos amar
y con quien,
además de eso,
nada nos une.
Casi todo nos separa.
Por ello me es dado el conocimiento del instante.

Desconozco
cuál es la disciplina científica que lo asombra
cuál el género cinematográfico que prefiere.

Aquello que nos une en el instante,
melodías diré,
ocurre hasta que
por burocracias y reproducciones
debe producirse una separación
entre secuencias de antemano inconexas.

Intuyo que algún día será definitiva
al igual que definitivamente
alguna vez
se aleja el afecto
de los objetos viejos
de los recuerdos
de la carne y de la moralidad.

lunes, 12 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO V


Aquel,
que vive en el norte y en el sur
y que a la vez es todos y cada uno de nosotros

Aquel
que no duerme de noche
y al que Maldoror arrebató sus culpas y sus proyecciones

Aquel
que fue música filosofía y ciencia
mientras sirvió las mesas de una pizzería

Aquel
que soñó y deseo ser un chico a la edad de cuatro años
y al que el sinsentido ya no desvela

A ese, a aquel
le es dado cumplir la condena de Sisifo
a causa del valor de pequeños pecadores

A ese, a aquel
del que es más sencillo obtener un disgusto
que un gesto amistoso

A ese, a aquel
al que la mirada del otro le es esquiva
y al que los sonidos ya no conmueven

Aquel es,
ya sin duda,
quien más quisiera que me abrace.

viernes, 9 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO IV


Al ver a aquella hembra,
desprovista de ropajes
de alabanzas y de nominaciones,
me pareció no percibirla
en el estado de constante mortuosidad de la carne.

Tampoco en la realidad únicamente
bulliciosa de una avenida o de una oficina
sino en la desesperación de un recuerdo
súbitamente liberado.

Sin embargo se que su existencia es falsa.
Le es casi imposible a ese recuerdo
intervenir en el presente.

Inexistente por inhabitable.
Y por poco que pueda intervenir
la recordación sobre el presente
y por más falsa que sea su capacidad
su verdad y su vigencia
despierta en el recordante
sed letal.

La de lo que podría haber sido.
La sed letal que causa conocer
la multiplicidad como concepto
sin poder jamás acceder a ella.

La sed que a todos
hasta los fines y hasta los comienzos
vence singulariza y justifica.

lunes, 5 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO III


La belleza que hechiza
La imago de la que el resto son reflejos.
Sería una contribución a un momento feliz
poder ensayar alguna virtud en tu presencia
para lograr quizás lo que llaman buena impresión.

Quisiera que estés presente cuando escribo una línea
Quisiera que obtengas un temor mío
y que sepas que sus componentes
constan de materia que no conocerás.
Tal vez así nos entendamos.

Que estés presente cuando aflora un pensamiento
Cuando se recuerdan versos prematuros.
Quisiera que leas a aquellos que yo he leído y sido
y que te desconozcas en esas obras
pues no puedo menos que desearte y verte
a través de ellas
fundamento de mis sentidos.

A través del reverso de la vida cotidiana
A través de una melodía.
Así, divinidad terrenal que me encandilas,
se combate la lejanía.

viernes, 2 de septiembre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO II


Monedas de tres lados
y barriletes desamarrados
y el sabor de una fruta desconocida
es lo que se te está acercando.

Tu cuerpo y el mío
están siendo rozados
por viviendas incoloras
ese invento de color verde ajado de reptil,
por carteles y nombres de desconocidos
que se presentan como amigos.
Una moral incapaz de justificar ese vínculo
y capaz de obligarte a él.

Se acerca el transito por las rutas
que no podrán trasladarnos a lugares diferentes
pues se acabo la lejanía.
Viedma
al igual que Bahía Blanca o Nepal
es un lugar en donde gente muere y gente no muere
en donde las mitologías se escriben con las mismas tintas
y sobre las mismas hojas de siempre.
Sobre todo las urbanas y las morales.
En esos dos sistemas de fantasías
merecedores de un juicio fallado por los pueblos
se degrada y se humilla
así como también se crean diversos y maravillosos medios
para nombrar la rivalidad, lo inentendible, la felicidad.

El hervor de una olla cargada de petróleo
La ilusión de despliegue infinito
que finaliza con la producción de cada uno de tus recuerdos
La locura encallada en mi puerto
Colirio con acido para tus ojos
Los personajes temerosos
que no despiertan otra cosa que la indiferencia
y que retienen tus ojos y tu mirada
y tu deseo de hacer mas o menos
Los eternos rencores que nutren
las pasiones y el miedo al aburrimiento
La macabra fortuna privada de origen

Eso nos espera.
Eso te esperó.
Eso es en lo que te encuentras ahora.
Ese es tu mundo.

Así estará escrita tu historia.
Porque no podrás salirte de ella tan fácilmente
como el tiempo se lo permitió a Nietzche.