Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


miércoles, 3 de agosto de 2011

ESCENAS RETRATADAS CON PALABRAS - 2011

RODRÍGUEZ RICOCHET TOMANDO FOTOGRAFÍAS DE RODRIGUEZ RICOCHET


Salió al balcón a ver cómo está vestida la noche y volvió a escribirlo. Así construyó una foto de la noche del sábado de Mayo. No se sentó y tampoco se quedó demasiado tiempo afuera. No hacía demasiado frío. Esa es la descripción exacta. Tampoco estaba nublado pese a que pronosticadores lo insinuaron – parece que ellos, al igual que los sociólogos, no pueden afirmar -. No hay demasiadas estrellas. El dibujo carece de colores distintos al negro y al blanco brilloso. Rodríguez Ricochet se esforzaba por pintar el cielo de púrpura y las estrellas con tono musgoso. Pero no lo pudo imaginar con nitidez. Tomó un poco de soda fresca. La zona desde donde miraba no es céntrica. Luces y carteles, no hay. No miraba desde una planta baja y tampoco desde un segundo piso. No extrañó a todos. Tenía menos frío que otras veces. Como sin proceder de ninguna parte empezó a sonar algo que no es blues y que tampoco es heavy metal. Ni música clásica ni merengue ni celta. Se parece menos a un twist que a un bolero. Ya no se ocupaba de describir el afuera. Con un par de colores basta. Para casi todo. Hasta hace un rato estuvo en no soledad, construyendo intimidad. No sabía que la intimidad se puede construir. Y tampoco quería saber que todo se puede construir. Pero para poder construir intimidad conviene saberlo. ¡Es cosa tuya, latido! Parece más voluntad que esencia. Lo que sucede es menos amigo de las ilusiones más invisibles de todas que del azar. Éste no le agradece nada a nadie. Lo que sucede es su tierra, su orín, su semen, su no semen, sus grandilocuencias, lo que vivencia huele a sus sangres a sus transpiraciones a sus heces y luce como sus uñas sucias, sus melenas desprolijas y su ética que se aleja de los discursos arraigados al carnaval, donde las caretas se convierten en cuerpo y en verdad.

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