RODRIGUEZ RICOCHET PRODUCIENDO EN MAYO
Tomaba, Rodríguez Ricochet, café a la sombra del toldo de un bar. Hablaba con Juan. Su interlocutor lo oía atentamente. Rodríguez Ricochet dijo:
- Por ende, a los tipos que tú llamas inteligentes yo los llamo estúpidos.
Así dijo. Ahí nomás, como no habiendo marcado un corte, continuó.
- Efectivamente, esa ha sido la producción de Mayo. Curiosamente, pero sin decir en consonancia con ello, lo describiré brevemente. Mayo ha sido un mes en el que nada ha sido tolerado, cada estímulo rechazado, deseos de anteojos negros ante los colores rojos, actuaciones de jerarquías nefastas e insoportables ya, ni gentes, ni extraños ni no extraños, solo. Solo eso que queda. Una ciudad, un barrio, una clase social, una manzana, una calle, un número en el planeta, todo ello habitado por solo eso que queda. Así fue mayo. Aun no anhelo mejor suerte para Junio.
Juan no agregó palabras al discurso de Rodríguez Ricochet.
Afuera, incluso hasta adentro mismo, hace más frío que lo soportable.
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