Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


sábado, 29 de enero de 2011

LA ÉTICA DEL RESENTIDO (FRAGMENTO 14 - LEANDRO TRILLO)

ESQUIZOIDEADO


De repente me encontré trabajando. Sintiéndome preso. Antes había estado en Rosario. Allí curse durante seis años la carrera de antropología sin lograr recibirme. Adeudo algunas cursadas y varios finales. Ya ha sido desechado el proyecto. He residido toda mi vida por diversos lugares de la provincia de Río Negro. No cargo con demasiadas experiencias y conocimientos que me supieran plantar frente al mundo con temerosidad. Iba para donde iban las enseñanzas morales tradicionales. Así llegue, pidiendo permiso para todo, con elegantes modales imitados de las dinastías europeas medievales. Así estuve hasta que se me empezó a hacer inevitable emprender otros movimientos. Era eso o la muerte. Era eso o una especie de muerte en donde la conciencia no deja de funcionar. Deshacer algunos años que viví aprendiendo a manejarme por el mundo solo para agradar a los demás, más ridículos y caretas que yo por cierto.
Poco tengo ganas de comentar acerca de mi vida en Rosario. No tiene demasiada relevancia. Allí pasé por lo que pasa cualquier persona cuando se aleja de las costumbres de su pueblo. Llegó un momento en el que me sentí como un recipiente vaciado. No comprendí nada del todo bien ni me esforcé por hacerlo. Empecé a ir para cualquier parte con mas frecuencia de lo que lo había hecho jamás. Venía de estar mucho, mucho tiempo muy aburrido.
Descubrí músicas que me impresionaron de la mano de tipos que por lo general también me impresionaron. Desde hace tiempo poseo noches en mi haber rodeado de gente bastante mayor que yo. Siempre habite la noche. Siempre fui ciudadano de la oscuridad, de lo subterráneo, de los horarios en los que mis contemporáneos se recuperan del ajetreo psicológico por el que la oficina los hizo pasar hoy para volver mañana temprano a él.
Regresé a Río Negro tras seis años. Me había cansado. Y no hay nada peor cuando uno se cansa del lugar adonde está que volver al lugar de donde se fue. A la vuelta las cosas suelen percibirse terribles y es muy sencillo recordar cada pequeña diferencia. Los cambios afectan mal en esa situación. Los cambios, allí, no son motivo de celebración. Luego de la ausencia es muy habitual que los recuerdos diagramen a la percepción un escenario desacoplado del lugar a lo que verdaderamente es. Rápidamente conseguí trabajo en la administración pública. Ahí es donde comenzó una especie de estado mental al que desde ya culpo por el crimen que cometí. Nunca había pensado que la locura puede adquirirse si uno se esfuerza para ello. Si esa voluntad existe es solo cuestión de tiempo. Años. Eso es lo que me ocurrió. Una perdida absoluta de los cabales y de las tolerancias. Una perpetua y encadenada pulsión de destrucción, de moscas, de fosas, de alarmas de tiempo.

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