Mecanismos de fortalecimiento negativo.
Los mecanismos de fortalecimiento negativo son operaciones subjetivas producidas por la emergencia de la subjetividad social capitalística.
Su función apunta a fortalecer el debilitamiento de las instituciones y significaciones sociales imaginarias significativas o nucleares. La operación es de distracción básicamente. Los mecanismos de funcionamiento negativo se encuentran enmarcados en la procesión emergente de la contextualidad histórica de la posmodernidad.
Tienden a operar en el ámbito del debilitamiento de las instituciones. Es un tipo de debilitamiento que no ocurre por autonomía, es decir, no es una de-construcción autónoma de las instituciones que rigen los esquemas sociales. Los mecanismos de fortalecimiento negativo no son ese tipo de debilitamiento que la subjetividad ejecuta a fin de la reconstrucción subjetiva. En ese caso se ejercería directamente la reconstrucción de las apoyaturas sociales del psiquismo, según la teoría de Rene Kaes.
Estos mecanismos se refieren a un debilitamiento casi inconsciente. Pertenecen al plano de inmanencia. Habitan ese ámbito de configuración.
Sostengo que los mecanismos de fortalecimiento negativo operan desde una conciencia que se auto percibe como correcta desde el agotamiento y el desfondamiento subjetivo. Denominaré a ese estadío debacle subjetiva.
Es una operación, la de estos mecanismos, de distracción, básicamente. Se atraen los deseos en dirección a la configuración capitalística, maleando la deseabilidad de modo artificial, de manera tal que la capacidad deseante no se dirige hacia la inmanencia del deseo, camino hacia la autonomía de la subjetividad.
En eso radica la distracción operada desde los mecanismos de fortalecimiento negativo.
La distracción puesta al servicio de las tecnologías bélicas del yo que operan en la sociedad haciendo de ésta una horda íntimamente enfrentada que consume la prefabricación del deseo artificial capitalístico como única alternativa para evitar la disolución del yo o de la subjetividad.
Por otra parte, los mecanismos de fortalecimiento negativo tienden a fisurar las paredes del sistema institucional imaginario. Ello crea caos y/o debacle subjetiva, vivencia de anomia ajena a investiduras simbólicas, un atentado a las apoyaturas sociales de psiquismo.
Una de sus formas de manifestación se deja ver a través de las enfermedades de saturación, (estrés laboral, síndrome de Ulises, acoso moral, moobing) que el mismo sistema se encarga, además de producir, de nombrar e instituir.
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