Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


miércoles, 4 de mayo de 2011

DISCURSO Y DESEO EN LA LÓGICA CAPITALÍSTICA - LEANDRO TRILLO - FRAGMENTO 5

La experiencia del mundo social capitalístico. Una posible máquina saturadora de la subjetividad.

Las enfermedades de saturación expresan saturación social. Lo que satura es el contexto, la modalidad de relación capitalística. Lo que satura es la subjetividad configurada por la lógica capitalística. La nominación y la puesta en marcha de estas concepciones en la sociedad se deben al desarrollo y a la inteligencia de compartimientos funcionales fundantes del sistema. Siempre dentro del conocimiento y la epistemología oficial. Uno de ellos es el científico. Para el caso nombrado, el ejemplo válido es el funcionamiento del DSM IV. Las enfermedades de saturación son nominalizadas por estos compartimientos fundantes. Su modo de funcionamiento capitalístico consiste en que, tras el tratamiento al que los sujetos acceden, no salen de sus terapias con el ejercicio de la reflexión y la deconstrucción de su autonomía. No salen con la deconstrucción de sus prácticas sociales ni de la deseabilidad en la que se ven envueltos. Son sujetos a los que un cuerpo disciplinario científico, por nombrar alguno, aplica un proceso de asimilación de los parámetros y esquemas de la vida social capitalística, de tal forma que se producen y se crean sujetos re-adaptados a la lógica que los saturó. El método de tratamiento de la saturación deviene método adaptativo. Esto, desde luego, no es obra de un psicoterapeuta perverso. El paradigma científico, inmiscuido y colado por cada intersticio de la vida social a través de reducciones lingüístico-conceptuales, ampara este proceso de adaptación. Es difícil ejercitar la autonomía y practicar la deconstrucción reflexiva en un contexto que produce constantemente distracciones tentadoras y seductoras a las que resulta sumamente más gratificante recurrir que a un espacio de reflexión o de análisis.
Esta serie de cuestiones se refieren a los denominados mecanismos de funcionamiento negativo. Básicamente, son entonces aquellas operaciones que atentan contra la puja de la autonomía del deseo o de la deseabilidad en el marco capitalístico.

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