Hola. Voltaire señalaba a quienes andaban por las mismas tierras que él , que la virtud tiene que ser ejercida por amor y no por miedo (Ver Fraude, en su Diccionario Filosófico).
Bien venidos a Tintas y Trazos.


Leandro Trillo.


viernes, 21 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XVII


¿Por qué observaste que vivo tan intensamente?
¿Por qué has hecho hincapié en ese acto?
Mero.
¿Acaso porque crees que me puede pasar desapercibido
el envejecimiento de una jornada
un marchitar cualquiera
o el de mi cuerpo, todo?

Tal vez entendiste de mí
que creo que hay cosas que no tienen demasiada importancia
porque son mínimas y porque,
parece,
se repiten en nuestro tiempo.
Y sin embargo confieso,
como si el lector fuera dios,
que las admiro como a ninguna otra cosa.

Sin buscarlas
Sin rozarlas
Soy tocado

Un montón de cosas y yo
llevamos la misma palabra por nombre
y juntos somos la intensidad de un mismo deseo.

¿Por qué observaste que vivo tan intensamente?
¿Cómo vivís?
Describe en una carta para mí tu relación con el mundo.

El saber, otra vez como una necesidad.

No creas que porque el mundo no se expresa en lenguaje
no tiene la capacidad de decir cosas.
Las dice de una manera tan fuerte
que las palabras,
atemorizadas
pero con escaso respeto,
tan solo intentan describirlas.
Por ello será
otra vez ese cuerpo
molesto
continuamente sanando
porque las palabras
casi siempre
le resultan no suficientes.
No precisas.

lunes, 17 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XVI


Prólogo de un libro errante de sociología:

Estas letras vacías
y este polvo en los dedos
Estos días innecesarios
Esas fantasías
Ese devenir
temeroso
Estos enlaces y estas alianzas
incapaces
de sombra continua
Esos sujetos
que me cuidan y me amamantan
Aquellos que me roban
un estéreo, cinco pesos y un día
Esa mancha que se expande
Ese calor de invierno
que se sitúa en el pensamiento
Ese aula
hecha de paredes enclenques
habitada por payasos y domadores
Ese shopping
palaciego
emerge en esa isla deshabitada
en ese desierto
Esos regalos
de humillante caridad estatal
Esa literatura
de opinión vaga
y esa adulación increíble
que nos dirige a otra República de Cromañón
Ese conductor y ese panelista
Este poeta y este no poeta
Ese deseo de Deleuze, el europeo
Esas citas de Borges
diagrama del delirio
La prudencia imposible
ante esa estupidez de ignorancia artificial
de conocidos protagonistas
que no acaban de morir
que no pueden dejar de agonizar para poder así renacer
Ese verso
virgen y anhelado
Esa obesidad en el decir
esa ceguera que aqueja a los oídos
y ese andar avejentado
de quienes aun muestran un pedazo de vida
o ruinas de lo que recuerdan haber olvidado
Esos sentidos estallados
como los de quien es abandonado
o como los de quien vivencia un reencuentro esperado
Ese cigarro dual
de humareda subrepticia
de músicas singulares
y de elixires
Ese podio
sin terceros ni cuartos ni quintos
Esa noticia
fláccida
que no resalta virtud ni logro alguno
Esas huellas
tapadas por arena
por un éxito indigno y fraudulento
y porque sí
Ese arte
más asfixiado, molesto y demandante que nunca
que dibuja dragones y dinosaurios
que representa frutos podridos
y que entona melodías compuestas por Ares y Enio
Esas armas y esos garrotes
vestidos por seres de profesión incalculable
solo imaginables para esa legalidad
inmunda y olorosa
que cada vez acrecienta más
su deuda con la historia
su vínculo con la infamia
y eso que llaman pecado
Esas chicas
esas preocupaciones
Esos espejos y esos reflejos
Esos hornos
Esos moldes
Esas fantasías
Nuevamente ese devenir
igualmente temeroso.

miércoles, 12 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XV


Si por casualidad despertara convertido en una sociedad
sería ella lo mismo que hubiera sido
si no hubiera despertado
o si en cambio hubiera sido una melodía o un fruto de mar.

Si por casualidad despertara convertido en un sueño
sería él lo mismo que hubiera sido
si no hubiera despertado
o si en cambio hubiera sido un perro o una proposición.

La ficción

Señalador de los sueños
De los dialectos
Del amor moral y de las telenovelas.

La ficción

Propiedad incandescente de las casualidades
De ésta estupidez y de ésta inteligencia
Del llanto improcedente
y de la administración de las ideas.

La ficción

Lo necesario y detestable
El lugar de las pasiones
y el de la vivencia de lo inútil.

viernes, 7 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XIV


La colección de prólogos, o notas, u obras, o hechos que conforman este libro fueron, como todo, una secuencia de una cadena de prólogos. Pensé entonces que las mencionadas notas aquí reunidas podrían llevar por título, otro prólogo acaso, Prólogos errantes.
Con motivo de explicar el porqué de esta reciente afición a la teoría de los prólogos mencionaré que he descubierto cierta virtud, cierta inclinación bella a la libertad en ellos. La intención siempre se dirige a prólogos y nunca a la presentación de una obra concluida. Esa es la imagen que, sin nadie haberlo querido ni esperado, se esboza y se presenta.
Prologo en tanto acto o momento previo al que se desarrolla una obra. Comentario o perpetua instantaneidad que nada podrá tener que ver con las escenas siguientes, salvo aquellas disposiciones atómicas que la percepción reconozca como casualidades, más allá de que éstas existan o no. Cada acto de un sujeto, como enamorarse, sufrir, la angustia, el triunfo y el fracaso, configurará prólogos en una cadena de situaciones y pasiones, acaso instantaneidades, continuas aunque azarosamente desconectadas entre si. Nos une la desconexión. De esta manera, cada imagen y cada ocasión constituyen un prologo, errante, de las siguientes. Estimo que es éste el motivo por el cual los prólogos son el espejo de la errática. Errantes los prólogos pretende significar que lo que hay plasmado en ellos no corresponde a una cadena causalmente consecutiva y armada de situaciones que se repetirán y se multiplicaran a lo largo de esta existencia, sino justamente a aquello que reconoce cierta desconexión en lo que ocurre entre muestras de tiempo, aparentemente ligadas. Desconexión librada por disposiciones azarosas.
Pareciera haber algunos indicios de ello, sin embargo creo que nos resulta innombrable ahora. Reconocemos respetuosamente algunos de ellos con nombres que trabajan aún desde este lado del problema: teoría del caos, principio de incertidumbre, entropía, disposiciones azarosas. La multiplicidad.
Estos prólogos se refugian en las formas de los prólogos. Como algo ajeno a lo que pasara a continuación, sea lo que sea.
Intuyo a los prólogos como la fascinación ante lo insondable, en donde predecir y recordar no está permitido.
Los rituales que convierten a los prólogos en primeros o segundos actos, suelen hacer que sus víctimas reproduzcan obras en donde lo desconectado se ata con cadenas. Poetas llaman a eso ficciones. Nada podrá sorprender de esa manera y todo será un eslabón, un esfuerzo por combatir la desconexión, por forzar la existencia del tiempo.
Hablamos del pecado, quizás, de existir sin prologar lo que se ve. Acaso de transcurrir como una obra concluida. Ello es mucho menos real que considerar las ventajas de los prólogos y de los azares. Es mucho menos real.

lunes, 3 de octubre de 2011

PRÓLOGOS ERRANTES

PRÓLOGO XII


Doy hablo y prometo ese amor
por la presión que cadenas disfrazadas de palabras
ejecutan
alegando corrección y formalidad.
Meras conjugaciones
a las que un lenguaje somete
a un conjunto de acciones que
porque sí
representan la figura del amor.
Del amor moral.
Del amor administrativo.
Del amor sumiso.
Conjugación y nombre
que hacen del amor
un libro de frases
un innecesario show televisivo
una colección infeliz de peluches
un deseo reprimido
un discurso obligado
un castigo realmente inmerecido
un desafío ajeno
la voluntad obesa
la celebración del fracaso
la mímica de la pasión
la sombra de la intensidad.

¿Acaso pensaste,
extraña,
que al leerme
ibas a confirmar lo que aprendiste en tu historia?
¿Acaso creíste
celosamente
que no te iba a decepcionar
de la misma manera en que los años y los versos
decepcionan al deseo?

Invito.
La crítica como una biopsia
que se ejecuta sobre lo aprendido.
Lo aprendido se transforma en dolor
si el refugio es una cárcel
con barrotes hechos de palabras.

Eso que llamas amor
no tiene pasión.
Tiene las convenciones de la crueldad
implantadas
en el cuerpo y en el habla.

Eso que llamas amor
no late.
Es un sillón en una habitación
en donde hay una cama
en la que a veces reposan
dos esclavos saturados
que cada noche fingen conocerse.

Eso que llamas amor,
hecho de un alba que ilumina
tenuemente
dos cuerpos desnudos,
no incluye la garantía de un recuerdo.

El goce es lo único que puede unirnos.
Aunque sea un instante.

¿Te asaltó alguna vez el interrogante del goce?
¿Has querido saber en qué tiempo habita?

Alguno de sus pedazos
puede que sea útil para refugiarnos
y tal vez a eso haya que llamar amor.
Sin mentirte.
Sin obligarme.
Sin mirarte.
Sin obligarte.

No me exijas.
Ni palabras ni paz.
Ni sed ni agua.

Envueltos en lo que nos envuelve

Así serás amada
hasta que lo mágico con lo que ocurren los instantes
llame a ambos al silencio.

Nos reparo con palabras.
Funcionan como dados.
Y cada jugada es el espanto
y cada pulsión un precio
y cada vez tu sombra.

Así
al modo de un cubilete nervioso
es como el universo invita.
Pero
la geometría de la coherencia.
Pero
la ética de lo que llaman amor.